Alvariño se rebela contra un atropello

Al revés que varias federaciones nacionales, que confirmaron la plaza que sus deportistas se habían ganado para los Juegos Olímpicos de Tokio  –la última fue la de triatlón, asegurando a la que Miriam Casillas (Triatlón Ferrol) se había hecho acreedora—, y contradiciendo al presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, que se mostró partidario de mantener la plaza de aquellos que la había ganado –“no tendría sentido cambiar los criterios y que la gente que está clasificada tuviera que hacer más pruebas. Hay que respetar todo”, dijo en una entrevista–, el tiro con arco nacional ha optado por lo contrario. Y el perjudicado es el pontés Miguel Alvariño, a quien se le retiró la plaza ganada. 

Un correo enviado al mediodía del pasado lunes informó a Alvariño que la Federación Española de este disciplina revocaba el billete que el arquero había conseguido en el campo de tiro. Con el argumento de que este organismo “no puede garantizar el estado de forma de un deportista un año después”, la Federación Española quiere volver a poner en juego esta plaza a través de un nuevo sistema de selección para el que no tiene fechas de celebración ni formato en el cual se va a disputar.

Recurso
El arquero de As Pontes se ha rebelado contra esta decisión y a través de su entrenador, Xaquín Mira, ha iniciado una defensa liderada por el abogado Miguel Juane, especialista en justicia deportiva. “Es un atropello, va en contra del derecho de las personas, de la Ley del Deporte y de muchas cosas más”, dice Mira que le comentó Juane. De hecho, la firma de un contrato –“con más deberes que derechos”, apunta Mira– de cara a su participación en la cita olímpica invalida el argumento de que la plaza es propiedad federativa. “En realidad la plaza es de Miguel. Porque el evento se ha aplazado por el coronavirus Covid-19, no es un evento nuevo”, dice.

A este respecto pone como ejemplos que competiciones como la Copa del Rey de fútbol de esta campaña no cambia de finalistas –Athletic y Real Sociedad– por no celebrarse cuando inicialmente estaba previsto, o que haber ganado una plaza en una oposición antes de la pandemia no despoja al opositor de lo que había adquirido, sino que solo retrasa su acceso al puesto al que se había hecho acreedor.
La defensa de Alvariño, por eso, se ha dirigido a los presidentes del Comité Olímpico Español y el Consejo Superior de Deportes –desconocedores del tema en profundidad – para hacerles saber que la plaza ya estaba asignada. Su esperanza es que el asunto se quede en el ámbito deportivo y no tener que recurrir a la justicia ordinaria. Además, Mira recuerda la falta de equidad del nuevo selectivo porque, a su juicio, “no es lo mismo que Miguel defienda una plaza que ya tenía o que otros intenten conseguir algo que no tienen”.