Los restos Francisco Franco regresaron ayer al distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo, donde residió siendo el jefe del Estado, 44 años después de su muerte. El general golpista fue sacado de la Basílica del Valle de los Caídos por orden del Gobierno. Sus familiares decidieron portar a hombros el féretro del dictador hasta la explanada vacía.
Los restos de Franco fueron sacados del Valle de los Caídos, el monumento construido por miles de represaliados por su régimen, en medio de un silencio solo roto por un grito de “Viva España, Viva Franco” que proferido por los familiares como último desafío al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
El exabrupto de la familia podría ser motivo de un expediente sancionador si las autoridades estiman que se ha incumplido la Ley de Memoria Histórica.
De la escena fueron testigos los representantes del Gobierno presentes, la ministra de Justicia, Dolores Delgado; el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y el subsecretario del Ministerio de Presidencia, Antonio Hidalgo, a quienes la familia no se acercó a saludar al menos en los momentos captados por las cámaras.
La familia, que desde un primer momento se opuso a la exhumación y planteó una batalla judicial que ganó el Gobierno en septiembre pasado en el Tribunal Supremo, llevó su enfrentamiento hasta el final, convirtiendo la retransmisión televisada de la salida de Franco del Valle en una guerra de símbolos.
El Ejecutivo prohibió a la familia cubrir el ataúd con una bandera de España, como pidieron, y también rechazó su pretensión de que Franco fuera despedido del Valle con honores militares, como los que tuvo en su funeral en el Palacio Real de Oriente.
Más allá de los símbolos que la familia quiso introducir en el acto desafiando las condiciones impuestas por el Ejecutivo, los trabajos de exhumación se completaron en menos de dos horas, si bien esta fase del proceso no fue retransmitida por televisión ya que el Gobierno prohibió que se pudieran grabar imágenes o sonido.
A pesar de los daños que presentaba el féretro original en el que se enterró a Franco –las imágenes permitieron ver que al menos tenía una raja en su base– la familia decidió conservarlo y trasladarlo así a Mingorrubio y pidió que el prior de la Basílica, Santiago Cantera, oficiase un breve responso antes de que los restos del dictador abandonasen el templo.
Tanto en el momento de extraer el féretro de la tumba del Valle como en el momento de sacarlo del helicóptero que lo trasladó a Mingorrubio fue necesario asegurarlo para evitar desplazamientos colocando una tabla de madera bajo su base.
Tras el acto, los herederos del general golpista acusaron al Gobierno de organizar un “impúdico circo mediático” con el que “solo busca rédito electoral”.
Por medio de un comunicado repartido por Francis Franco, el nieto del dictador, a la salida del cementerio de El Pardo, las familia señaló que el Ejecutivo “con el aval de los demás poderes del Estado y de la jerarquía eclesiástica consumó la profanación del sepulcro de nuestro abuelo”.
Pese a las sentencias del Supremo, la familia considera que se produjo “un grave atropello” a sus derechos fundamentales y que “lo que el Gobierno presenta como una victoria de la democracia no es más que un impúdico circo mediático”. l