El expresidente de Bankia Rodrigo Rato declaró ayer ante la Audiencia Nacional que su marcha de la entidad el 7 de mayo de 2012 vino motivada por el entonces “presidente del Gobierno”, Mariano Rajoy, quien lo “echó” del cargo, dando inicio a la “intervención política” del banco.
Rato defendió que la salida a Bolsa de la entidad cumplió los requisitos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que llegó a intensificar sus exigencias y “puso una serie de condiciones que había que cumplir”. Durante su interrogatorio, en el que volvió a incidir en que la operación fue “una estrategia del Congreso” impulsada por el Gobierno, con la premura del Banco de España para evitar su nacionalización, el exministro afirmó que Bankia hizo “el trabajo para salir con la mejor garantía posible”, y advirtió al inversor de todos los riesgos en su folleto.
Algo más sereno que en la sesión previa, Rato relató que en ningún momento “ni el Banco de España ni el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria ni los accionistas, ni el mercado” se opusieron a que la entidad saltara al parqué en julio de 2011, con un descuento del 74% (3,75 euros), ya que el objetivo era cerrar la operación antes de ese septiembre, única opción para evitar “entregar las llaves” al Estado.
Alivio
Rato aseguró que aunque “a los consejeros no les gustó”, recibieron “con alivio” los 3.000 millones con los que el banco no solo cumplía con las nuevas exigencias de capital, sino que las superaba, lo que les permitió “tener un respiro”. En este punto, la fiscal Carmen Launa, que pide para él cinco años de cárcel por estafa a inversores, se refirió a la reunión de 28 de junio de 2011, en la que se planteó como “línea roja” la necesidad de mantener la posición de control sobre el banco y se habló del efecto del descuento, hechos de los que habría advertido el socio auditor de Deloitte Francisco Celma, también acusado.
El exministro puntualizó que el aviso de Celma –que se enfrenta a peticiones de hasta doce años de cárcel por parte de las acusaciones particulares y populares– fue únicamente a los bancos colocadores, y lamentó que no le informara de ello porque era una “oficiosidad” lo suficientemente notable como para comentarlo al consejo y a los reguladores.
“(El descuento) Fue un problema de los muchos que teníamos, pero al que dimos solución”, apuntó Rato, que en pleno debate con la Fiscalía se apresuró a atribuir la solicitud de ayudas públicas a la “intervención política” de Bankia, después de que el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ordenara su cese. Sobre la información ofrecida para la salida a Bolsa, sostuvo que la CNMV no realizó “excepcionalidades a favor” del banco, sino que les pidió un folleto “más extenso”, y que aumentara la participación de los inversores institucionales al 40%.
Además, dijo que la colocación de las acciones fue igual que en otros bancos que utilizan su red de sucursales para ofrecérselas a sus clientes, y descartó que los particulares acudieran a la operación por la campaña publicitaria desplegada en los medios de comunicación.