El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia registró 406.015 hojas de interconsulta –documento por el cual el médico o pediatra de atención primaria deriva las revisiones visuales a un óptico-optometrista– desde el inicio del convenio “Ollo cos ollos”, firmado con la Consellería de Sanidade y el Servizo Galego de Saúde de la Xunta en el 2007. En 2016 se registraron 54.117 interconsultas, de las cuales 4.997 fueron en las tres comarcas. Así, en los concellos de Ferrol se dieron 3.840, en los del Eume 851 y en los de Ortegal 306.
Del registro general, el Colegio extrae que un 24,3% de los adolescentes y niños gallegos menores de 16 años necesitan usar gafas o lentes de contacto graduadas por padecer en su gran mayoría miopía y astigmatismo y, en algunos casos, hipermetropía pero, la mayoría, sin necesidad de correción. “Mirar de cerca durante mucho tiempo supone un esfuerzo y puede provocar molestias. Nuestros ojos están hechos para ver de lejos y ocasionalmente de cerca”, explica el presidente del Colegio, Eduardo Eiroa.
Uno de los agravantes de estos problemas es el uso de los dispositivos electónicos –smartphones, tablets, ordenadores, videojuegos, libros electrónicos...–, que reclaman un esfuerzo visual para el que el ojo no está preparado y que puede terminar provocando el denominado “síndrome de fatiga visual”. Además, tal y como indican desde el organismo, en el caso de los teléfonos inteligente “se da el caso de la visión ultrapróxima ya que debido al tamaño de las pantallas es habitual que se sitúen a apenas 10 centímetros de distancia de los ojos”.
Para evitar o minimizar los problemas, los profesionales recomiendan limitar su uso –en el caso de los menores de 10 años es recomendable hacerlo al máximo–, no utilizarlos a oscuras, procurar que la pantalla y los caracteres sean lo más grande posible para utilizarlos con comodidad y que el contraste y los colores resulten cómodos. l