Internacional con su país y tras una larga trayectoria como jugador, el argentino Hernán Pesci (San Fernando, Buenos Aires, 12 de octubre de 1974) cambió la cancha por los banquillos hace seis años. De la mano del Ferro, en su país natal, inició una incipiente carrera como entrenador. En noviembre del pasado año llegó a España acompañando a su novia, jugadora profesional del L’Illa Grau, y no han pasado muchos meses hasta que le el Aldebarán San Sadurniño le ha dado la oportunidad de debutar como técnico en nuestro país.
¿Cómo surgió la posibilidad de hacerse con las riendas del Aldebarán?
Como suele suceder en estos casos, a través de intermediarios y conocidos que me contactaron para ver si quería tomar esta posta. Uxío García me conocía de cuando en el 2004 jugué en Vigo, en el Valery Karpin, y esas referencias fueron las que lo convencieron. Él y Marcelo Mussi fueron los mayores gestores para que acabase aquí.
¿Qué le convenció de este proyecto? ¿Tenía buenas referencias del club?
Sin duda la proyección que tiene la institución y el equipo. Es un proyecto interesante, serio y a desarrollar. Tiene una historia detrás muy respetable que queremos reforzar para lograr los mejores objetivos deportivos y sociales. Cuando llegue a San Sadurniño conoceré más íntimamente todo y veré la forma en la que tratar de ayudar en su crecimiento. Las referencias del club fueron buenas y ese es otro de los motivos por los que tomé la decisión. Me gusta este desafío porque pasa mucho por la parte deportiva.
Cuando lo contrataron, ¿qué expectativas y objetivos le advirtieron desde el club que manejaban?
Es una temporada incierta. No se sabe cuándo va a empezar ni cómo va a ser la competición, pero no por eso dejamos de planificar una temporada en la que si hacemos las cosas bien será exitosa. El objetivo es estar en las primeras posiciones. Esa es la intención del club, la mía propia y la del equipo. Obviamente, eso solo se consigue con trabajo. Por eso no me gusta hablar de un objetivo puntual, porque si al final no sale, es duro, pero sí que vamos a salir en busca de lo máximo.
El Aldebarán es un equipo modesto, ¿sufrirá más en una temporada en la que la situación económica del país revertirá también en los clubes deportivos?
La cuestión económica no es la única de las opciones. Una vez que uno sabe con lo que cuenta, a partir de ahí, hay que dejarlo de lado y contar solo con el trabajo para alcanzar los objetivos deportivos. Si hay mucho, poco o nada, da igual. Se aceptan las condiciones y uno se centra en el trabajo. Hay que pensar solo en la parte deportiva, que es el valor humano. Vamos a hacer hincapié en el compromiso y en el esfuerzo y poner todas las energías en eso.
¿Qué necesita el equipo para volver a estar en la elite?
Lo primero que se necesita es compromiso. Que tanto yo como los jugadores tengamos claro el objetivo y que cada uno transforme todo eso en un bien común. Todo se puede lograr si nos lo proponemos con las cosas claras y sabiendo que lo que necesitamos es trabajar. Si lo hacemos así, los resultados van a llegar. Siempre se necesita un tiempo de adaptación, tanto de los jugadores que se integran en el grupo como mío. Pero esperemos que sea el mes previo a la competencia y a partir de ahí estemos en disposición de lograr grandes objetivos.
¿Cómo va la confección de la plantilla?
Una gran cantidad de jugadores continúa y a esos se les suman algunas incorporaciones interesantes que le van a dar mucho nivel de juego. Por eso hablamos de un objetivo importante, de estar en la pelea por el título o lo que toque, por el nivel de los jugadores y por el trabajo que vamos a hacer desde el primer momento.