La mala suerte se ha cebado con el deportista ferrolano que, en la tarde de ayer, justo cuando acababa de finalizar su entrenamiento sufrió una caída de la bicicleta estando prácticamente parado. De forma inmediata notó un intenso dolor en el brazo izquierdo que lo obligó a desplazarse a un centro hospitalario. Allí, y tras practicarle las pruebas oportunas, se confirmó el peor de los diagnósticos: una fractura con desplazamiento de la cabeza del radio.
“Es difícil de entender cómo repentinamente se van todo el esfuerzo y la ilusión que he puesto en los Juegos Olímpicos”, lamentaba Gómez Noya a través de un comunicado de prensa –el deportista ha declinado hacer otro tipo de declaraciones–. “Puede que sea el momento más duro de mi vida deportiva. Pero no me queda más remedio que asumirlo y pensar en tener una buena y rápida rehabilitación”.
Su gabinete de comunicación ofrecerá en las próximas horas información acerca del desarrollo de la operación.
El ferrolano dice adiós a su concurso en los que serían sus terceros Juegos Olímpicos. Una cita en la que, tras la cuarta posición en Pekín y la plata de Londres, aspiraba a subirse a lo más alto del podio. Para ello se estaba preparando a conciencia en una temporada en la que había declinado competir por revalidar su título en las Series Mundiales y había extremado al mínimo sus participaciones en pruebas oficiales, en aras de apurar su puesta a punto para Río.
De hecho, esta misma semana había confirmado que no participaría mañana sábado en la cita de Hamburgo para centrarse en los entrenamientos que junto con Iván Raña estaba realizando en tierras gallegas antes de partir hacia Brasil.
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