El temporal Helena descarga más de 400 rayos y ráfagas de viento que causan daños en la comarca

El temporal Helena descarga más de 400 rayos y ráfagas de viento que causan daños en la comarca
El mal tiempo se hizo sentir a todos los niveles, desde el Paseo Marítimo hasta los municipios más alejados, con bajas temperaturas, fuertes lluvias y vientos que forzaron a los más prudentes a permanecer en sus hogares mientras los s

El temporal Helena, que generó la primer alerta roja de la temporada, dejó tras de sí un rastro de más de 400 rayos, acompañados de sus correspondientes truenos, que cayeron durante la madrugada en el área metropolitana, según datos de Meteogalicia, así como un fuerte viento que derribó árboles, arrancó chapas e impulsó un oleaje que obligó a cerrar de nuevo los arenales al tránsito peatonal y provocó varias salidas de Bomberos. La inestabilidad atmosférica afectó también a dos vuelos procedentes de Madrid, que tuvieron que desviarse hacia el aeropuerto de Santiago, uno por la mañana y otro por la tarde. 

El temporal se había dejado sentir ya desde la medianoche con fuertes chubascos que dejaron caer 12,8 litros por metro cuadrado, según los datos recogidos por el pluviómetro de la estación meteorológica de dique de abrigo. Un fuerte viento de componente oeste, que en algunas ráfagas alcanzó los 91 kilómetros por hora, conspiró para hacer desapacible la noche del jueves al viernes. 


Pero la mañana no resultó más tranquila que la noche. Si bien el aparato eléctrico se había terminado para cuando salió el sol, la lluvia cayó de forma constante. Mientras tanto, los servicios de emergencias se encargaron de vigilar el Paseo Marítimo, porque las previsiones indicaban que era posible que la pleamar llegara a inundar la acera. A la una de la tarde, el tránsito delante de la playa de Riazor, la más expuesta, ya se había prohibido. 

Efectivos de Protección Civil y Policía Local se encargaron de vigilar que nadie traspasara el precinto policial. A ellos se sumó un retén de Bomberos durante la pleamar, que se mantuvo entre las dos y las tres de la tarde, el momento de mayor peligro. En previsión se había cerrado el acceso a otros puntos, como las Esclavas. Sin embargo, el agua solo tocó el Paseo, sin llegar a inundarlo como la semana pasada. 


Área metropolitana 
Pero aunque el aparato eléctrico había desaparecido con la noche, sus consecuencias se dejaron notar, sobre todo en A Zapateira, donde los rayos provocaron un apagón, según Naturgy, dejando a cientos de clientes sin servicio no solo de luz, sino también sin agua corriente, puesto que el agua llega hasta los hogares de A Zapateira mediante bombeo. El presidente de la asociación de vecinos, Juan Sánchez-Albornoz, confirmó que el apagón comenzó a las tres y cuarto de la madrugada y se prolongó en las zonas más perjudicadas hasta más allá de las nueve de la mañana. 


También se registró un apagón por la tarde en O Ventorrillo, que afectó a más de 340 clientes así como a la red semafórica que los técnicos de Naturgy tardaron varias horas en reparar, aunque desde la compañía eléctrica señalan que este incidente no tiene relación con la tormenta. Sí lo tuvo el del colegio de las Franciscanas, donde un contador se quemó de madrugada, provocando la pérdida de la luz –y de calefacción– en las instalaciones, donde se funcionó con la luz de emergencia. 

Y si los relámpagos causaron problemas, también lo hizo el viento, provocando una cadena de pequeñas incidencias que mantuvo ocupados a los bomberos, sobre todo a partir de las tres de la tarde, cuando empezaron a acumularse de tal manera que tuvieron que atender tres salidas a la vez. Ya por la mañana, varias chapas desprendidas del tejado del edificio del Sporting Club Casino, y que protegían su chimenea, se precipitaron sobre los edificios aledaños. En la calle Cordelería, un canalón que recorría la fachada de una casa de dos alturas también se desprendió y tuvo que ser fijado. Igualmente acudieron al muelle de Batería, donde tuvieron que amarrar el tejadillo de una estructura de Cementos del Cantábrico, antes de acudir a la avenida de Oza, donde se había desprendido una antena. 
Muros, señales, chapas, rótulos... Con tanto trabajo acumulado, los bomberos no pudieron acudir a Novo Mesoiro, donde se había desplomado un árbol, y fueron los operarios del servicio de parques y jardines los encargados de trocearlo. 

Área metropolitana 
La fuerza de la borrasca también se hizo sentir en el área metropolitana, donde más llamativo fueron las primeras nevadas del año que se registraron en los municipios de Curtis y Aranga. Según algunos vecinos, a partir de las diez de la mañana un manto blanco cubrió las calles de la capital curtiense, Teixeiro, y otras localidades de la zona alta de la comarca como Montesalgueiro o Cambás.
El propio alcalde de Curtis, Javier Caínzos, fue espectador del fenómeno y ejerció de informador improvisado para los medios de comunicación de la primera nevada del año.


Otro aspecto que llamó la atención fue el aparato eléctrico, incluso hubo quien afirmó haberse despertado por el estruendo de un rayo que cayó en las inmediaciones de la iglesia parroquial de Liáns, en Oleiros, en el llamado parque dos Veciños.

El responsable municipal del departamento de Obras, Rodrigo López, comentaba que el ruido derivó en un reguero de llamadas al Ayuntamiento preguntando por si había tenido lugar un terremoto.
López también dijo que las incidencias a lo largo de la madrugada y de la mañana habían sido numerosas pero que, salvo casos puntuales, como una rama que se precipitó sobre un vehículo en Dorneda, los daños en principio no eran cuantiosos.

Guardería de As Galeras
La alarma, sin embargo, si saltó en la vecina escuela infantil de As Galeras, entre los núcleos de Santa Cruz y Bastiagueiro. Allí los pequeños tuvieron que demostrar lo que habían aprendido durante los simulacros porque un pequeño incendio, debido a un cortocircuito, motivó su desalojo durante unos minutos, alrededor de las nueve de la mañana.

El fenómeno meteorológico fue el detonante también de numerosos apagones en distintas localidades de la comarca y, como consecuencia de ello, decenas de personas permanecieron sin suministro eléctrico en lugares de los ayuntamientos de Arteixo y Oleiros.

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