La actividad en los astilleros de Ferrol durante la primera jornada laboral desde que se decretó el estado de alarma se redujo al mínimo, limitándose en la mayoría de los casos a trabajadores de las áreas técnicas que se acercaron hasta las instalaciones ferrolanas para coger sus ordenadores portátiles y poder así trabajar desde casa.
El presidente del comité de empresa de Ferrol, Javier Galán, explicó a raíz del comunicado emitido por el grupo naval público el pasado domingo que las limitaciones en la actividad naval se refiere “a todo o que ten que ver coa producción”, mientras que las labores con posibilidad de ser ejercidas de forma telemática continuarán como siempre. “Se avisou a quen se poido avisar do conxunto dos traballadores e moitos se acercaron esta mañá ás portas da Bazán e moitos se tiveron que dar a volta tras coller o seu portatil para traballar na casa de forma telemática”, apuntó.
Comité de emergencia
Para coordinar la situación de la actividad en los astilleros de la ría, Galán apuntó que ya se ha creado un comité de emergencia “composto por membros da dirección e representantes dos traballadores”. Este, avanzó Galán, se reunirá todos los días “para avaliar o que se pode facer” cada jornada desde un punto de vista de la actividad.
En este sentido, el presidente informó de que el último navío admitido en los astilleros para realizar labores de mantenimiento abandonó ayer las instalaciones de Fene tras ser provisto de “electricidade e auga” y “nun principio os buques que ían a entrar xa non o van facer por decisión gubernativa”.
En cuanto a la industria auxiliar, Navantia anunció en su comunicado del domingo que estas “medidas excepcionales” también se aplicaría a estas y que dependería de ellas avisar a sus empleados. En este sentido, la CIG denunció poco después de conocerse la decisión que dos empresas complementarias, Windar y Kaefer, tenían la “intención de manter a actividade”, calificando la decisión de “auténtica temeridade”.
No obstante, tal y como adelantó la central nacionalista, tras una jornada de actividad durante la mañana, las empresas mandaron a parte de la plantilla a su domicilio “de vacacións”.