Os Croios de San Sadurniño. Ese podía haber sido el más que adecuado nombre con el que el ahora rocoso Intasa recorriese la geografía española, buscando un histórico ascenso a la elite nacional de la disciplina, la Superliga. Un apelativo que recuerda Manolo Seco, fundador de la entidad hace 25 años, al explicarme –de nuevo, porque ya hacía demasiado tiempo que no hablábamos– el origen del actual nombre de la entidad que comenzó el pasado fin de semana su camino hacia la gloria, ganando por un claro 3-0 al campeón del grupo, el Emevé de Lugo.
Un club, que siempre seguirá siendo algo suyo, de este profesor jubilado, del que se desvinculó de manera oficial –si bien sin perder nunca el contacto– hace ocho años, dando paso, como él mismo apunta “a buena gente. Y por lo que se ve hice bien –bromea– porque el tema mejoró, cambió siguió su curso”. Y tanto que lo hizo. Lo continuó de manera ascendente, afrontando durante estas semanas su segunda fase de ascenso consecutiva, y, según el fundador y expresidente, “tengo la intuición de que lo van a conseguir”.
¿Cómo ve las opciones del equipo en esta fase?
Aunque estoy un poco alejado, sí que lo sigo –al grupo–. Y realmente yo veo al equipo con posibilidades, con muchas posibilidades. Lógicamente a esos niveles no tengo mucho conocimiento, pero por lo que vi en la Copa, y a lo largo de la liga, lo creo. No hay que echar las campanas al vuelo, porque el deporte no es una ciencia matemática, pero me parece que tienen opciones.
El primer golpe ante el Emevé dio alas, pero la liguilla es larga...
Sí, yo creo que sí. Charly –Suárez– comentó que el calendario le gustaba, que prefería empezar en casa, y se cumplió su deseo. Y, además, con ese primer 3-0 al Lugo, el tema está bien encaminado. Era importante empezar ganando, y sobre todo cuando lo haces así y dejas las cosas claras desde el principio. Parece que es un inicio de la competición perfecto. Lo que soñaría cualquier equipo que esté disputando una fase de ascenso.
Un excelente inicio que hace que ya se olvide de todo lo sucedido en la Copa ¿no?
Sí, creo que sí. Fue un pequeño tropiezo, pero es lo que tienen las competiciones cortas. No juegas un buen partido y ya estás fuera. Es diferente en este caso, y además esta fase de ascenso creo que tiene componentes diferentes, porque es una liga donde realmente van a estar arriba los mejores. Y yo creo que por plantilla este equipo es el mejor de la categoría. Incluso en la Copa no tuvo suerte, fue un partido malo y fue en el clave. La Copa no te permite ningún error. Aquí tienes más margen. Puedes tener un fallo y recuperarte todavía.
En comparación con la fase del pasado año, en esta se ven más opciones, más frescura en el equipo. ¿Qué opina?
Por lo que yo vi, y los que están ahí, tienen una plantilla, desde luego de este grupo, que es la mejor, sin lugar a dudas. Es mejor que la del año anterior, más completa. Tienen un sexteto inicial buenísimo y unos recambios importantes. Es más compensada, más amplia. El equipo es mejor y además lo está demostrando. El hecho de no haber sido primeros en la liga ha sido una anécdota, de quizá un partido contra el Lugo que perdieron y no tenían que haber perdido, y algún error más puntual, pero en general yo creo que la plantilla es muy buena, muy buena.
¿Se imaginaba cuando nació el club vivir lo que se está viviendo?
No, es un pequeño milagro, o un gran milagro –ríe–. Nunca imaginaba que se podría llegar a este punto. De hecho, el mérito ahora mismo está en la gestión que está haciendo la gente que está ahí (Germán, Uxío, Cobelo...) y otra que no figura en primeros planos, que trabaja muchísimo. Porque para tener este equipo, estos jugadores, y estar peleando por esta fase se necesita mucho trabajo... de despacho, de gestión, de buscar patrocinadores. Cuando yo estaba, durante muchos años, ya ni me lo planteaba, porque pensábamos quizá más en la base... y ahí está. Es un éxito incuestionable y que se debe a eso. Muchas veces se habla solo del equipo, pero detrás de este hay muchos caminos recorridos, muchas puertas a las que se llama y eso se debe a la gente que está ahí., moviéndose para buscar dinero. Porque aquí hay una cosa que está clara. Aquí hace falta pasta, dinero, para mover todo esto. Y yo creo, y deseo, que va a estar en Superliga el próximo año. Si las cosas se desarrollan con normalidad, deberían estar, y creo que van a estar y se lo merecen.
Y ahora hablando de los orígenes ¿a qué necesidad respondió el nacimiento del club?
La fundación tuvo que ver con lo que había. El voleibol en San Sadurniño está desde el año 77-78, a nivel escolar hasta el 92, cuando se fundó el club. Cuando los chicos –porque de aquella era masculino, porque en femenino lo que había era balonmano– se marchaban del colegio, a Ferrol a hacer Bachiller o Maestría, que era lo que había de aquella, entonces normalmente o dejaban de jugar o se integraban en el Vagalume. Pero en el 92, habíamos ganado un Gallego infantil masculino y alguien comentó que era una pena que esos chavales no siguiesen. Y fue cuando lo decidimos.
Fue el inicio, el germen de todo lo demás. Aunque te puedo decir que creo que el año, para mi, en el que ocurrió una de las cosas más trascendentales fue con un equipo en el año... 82-83, que habíamos ido a una fase de sector a Vigo, una aventura, solo había un trozo de autopista –ríe– o ni eso.
Y cuénteme otra vez la historia de porqué Aldebarán...
En aquel momento en el colegio había un curso de Astronomía y se empezó a habla de nombres, de muchos, alguien hablaba de Croios –reímos–, algo de un castro... Al final con ese curso de Astronomía, una “profe”, que se jubiló hace poco, y otro, Lola y Juan Manuel, comentaron “pues Aldebarán -la estrella más brillante de la constelación de Tauro- no estaría mal”. A mi me parecía un poco largo, quería un nombre más corto. Pero bueno, también es bonito. Y ahí quedó. Después se había hecho una especie de concurso de ideas para hacer el escudo en el colegio, con un chaval que dibujaba muy bien, Manuel Rivas.
Se jubiló en 2010, ¿lo echa de menos? Aunque en realidad siempre estuvo vinculado al club...
Quería descansar y que otra gente llegara. Me acuerdo que lo dejé muy contento porque me había ido con un equipito de cadetes, campeón gallego, a Murcia a jugar el Nacional. Y lo acabé bien, contento. De aquella generación, Uxío es un poquito anterior, pero Rubén está; Pakito, el líbero, es uno de los grandes jugadores del equipo, y era de aquella época. Siempre lo echas de menos. Lo echo de menos ahora y lo echaré siempre. Fueron muchos años, mucha dedicación. Para mi el voleibol es un deporte fantástico.