Ondarroa es un pequeño municipio de apenas tres kilómetros cuadrados en Vizcaya, con una población que se acerca a los 8.500 habitantes. En los balcones de prácticamente todas las casas de esta localidad marinera ondean las banderas de su club de remo y las camisetas de la entidad casi se han agotado. Es la primera vez en su historia que su trainera va a disputar la fase de ascenso a la Liga San Miguel ACT, la “Champions League” del banco fijo en una tierra en la que esta disciplina mueve masas y sus protagonistas son auténticos ídolos.
A casi quinientos kilómetros al oeste de allí, en Ares, otros catorce remeros –trece y su patrón–también están citados con la historia este fin de semana. El remo arraigó en la villa hace años, pero los ánimos están mucho más contenidos. Poco tiene que ver el entusiasmo que las traineras despiertan en Galicia con el que se registra en el País Vasco, donde esta embarcación vio la luz a finales del siglo XVIII revolucionando la pesca de sardina. Pero, convertido su uso en deporte, la “Santa Olalla de Lubre” llama trescientos años después a la puerta del club más selecto del remo nacional, una competición cerrada a doce escuadras en la que Ares quiere seguir la estela de Cabo da Cruz y Tirán, las dos únicas formaciones gallegas que se han ganado el derecho a militar entre los mejores.
Para lograrlo, deberá superar un play-off que se dirimirá entre el sábado y el domingo coincidiendo con las dos últimas pruebas de la Liga San Miguel. En la primera jornada, Bermeo acogerá una regata en mar abierto, mientras que en la segunda, será la ría de Portugalete la que asista al desenlace de esta promoción. En juego están dos plazas a las que optan cuatro aspirantes. El CR Ares lo hace como campeón de la Liga Gallega de Traineras y, junto a él, compartirán tanda en ambas regatas el Portugalete Eulén, que defiende su plaza en la ACT; el Ondarroa y el Kaiarriba, primer y segundo clasificado de la ARC1, la competición autonómica vasca.
Llegar hasta aquí es ya un premio en sí mismo para una tripulación que se fue creciendo y creyendo en sus posibilidades a medida que los resultados la encumbraban en el torneo gallego. Ahora no está dispuesta a asumir el papel de invitada de piedra y desde su posición de “tapado” quiere dar la sorpresa.
Para ello ha trabajado con ahínco estas dos semanas. Quince días desde que terminó la competición “doméstica” que se han hecho duros y largos, sin competir y entrenando duro... pero también muy cortos pues, a nivel de trabajo, no dan margen a mucho. De hecho, en vista de que el título gallego estaba a su alcance, la tripulación aresana se preparó a conciencia para alcanzar un pico de forma en esas últimas regatas. Por ello, ahora ha tocado recuperarse de ese esfuerzo y tratar de alcanzar un nuevo máximo físico.
La regata en Bermeo, el sábado, puede ser clave para sus intereses pues se disputará en mar abierto, lo cual beneficia las características físicas y de remada de los integrantes de la “Santa Olalla”, acostumbrados también a entrenar en estas condiciones. Es más, cuanto más bravo esté el mar, más aumentarán sus posibilidades, pues se trata de un grupo ligero en cuanto a peso, que desarrolla menos potencia y que, por lo tanto, está en desventaja en caso de que la lámina de agua esté en calma, lo que presumiblemente pasará el domingo en Portugalete, en la ría del Nervión.
Premio
El Club de Remo Ares vive uno de sus momentos históricos de la mano de un grupo que ha hecho del tesón su sello de identidad. Un grupo que corrobora la apuesta a medio y largo plazo de la entidad por el trabajo de Agustín Fernández, incluso, cuando se produjo, hace cuatro años, el descenso a la segunda división autonómica.
Su fugaz paso por la liga B fue la catapulta que necesitaban para, escalón a escalón, encarar ahora el mayor de sus retos