El grupo de investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) identificó los genes que activan la hibernación en los lemures enanos de Madagascar, los únicos primates que entran en letargo, cosa que hacen durante la época seca.
Se trata del primer estudio genético de la hibernación de estos primates, que publica la revista Molecular Ecology, y podría tener importantes aplicaciones en medicina, como usar la hipotermia controlada en operaciones quirúrgicas o entender cómo regenerar conexiones neuronales perdidas, un proceso natural en los animales hibernantes después de cada ciclo de hibernación. Según los investigadores, en un futuro más lejano la hibernación inducida podría hacer posible los viajes espaciales de larga duración, sin casi necesidad de ingerir alimentos.
El estudio lo llevó a cabo el grupo de investigación en Genómica Evolutiva del IMIM, liderado por Mar Albá, y consiguió identificar qué genes participan (cambian su expresión) en el estado de hibernación de los lemures enanos de orejas peludas, que almacenan en su cola las grasas para sobrevivir a los meses de escasez y que utilizan como combustible durante su hibernación. “Los genes que participan en la hibernación están presentes en casi todos los mamíferos. Al ser un primate, los genes del lemur son relativamente similares a los humanos, o sea que es doblemente interesante estudiar esta especie”, dijo José Luis Villanueva-Cañas, investigador de Genómica Evolutiva del IMIM.
Según el investigador, la hibernación se concibe como una serie de módulos de genes que trabajan en grupo: uno hace posible sobrevivir a base de grasas, otro permite que los músculos no se atrofien durante estos meses y otro devuelve al animal al estado normal. Los lemures de cola gruesa hibernan haciendo un agujero bajo tierra, a salvo de los depredadores y cuando están hibernando parecen seres inertes, fríos e inmóviles. Su corazón late pocas veces y el tiempo entre respiraciones puede llegar a los 20 minutos.