Como si de un ensayo de la peatonalización del centro de la ciudad se tratase, buena parte de los viales del casco histórico de A Magdalena han recortado notablemente sus plazas de estacionamiento, aunque, lejos de facilitar la circulación del peatón se trata de una cuestión de obras, que dificultan el tránsito.
Las actuaciones de instalación de gas, algunas reformas de Emafesa y actuaciones en fachadas de inmuebles son las causantes de que las vallas amarillas sean parte del mobiliario urbano del centro de la ciudad durante estos días.
Las obras afectan a calles con circulación rodada como Rubalcava –en el tramo entre Galiano y María y entre Real y Magdalena–, Magdalena –entre Sánchez Barcáiztegui y Méndez Núñez–, Sánchez Barcáiztegui–entre Magdalena y Real–, María –entre Sánchez Barcáiztegui y plaza de Amboage–, calle del Sol –en el primer tramo desde la plaza de España–, Lugo –entre Callao Magdalena–, Callao y Rochel. Asimismo, otros viales peatonales como la calle Dolores también cuentan en alguna manzana con vallas por obras, aunque en este caso no afectaría ni a la circulación rodada ni a las plazas de estacionamiento.
En total, estas actuaciones de mejora de instalaciones bajo tierra limitan en más de medio centenar las plazas de aparcamiento en superficie en el barrio de A Magdalena.
Las obras que se están ejecutando están en su mayoría señalizadas ya en tramo anteriores, por lo que se limita más todavía el espacio.
Otras actuaciones de instalación de servicios, sin embargo, no afectan al tramo de calzada, sino que se ejecutan en las aceras o en zonas donde no se puede estacionar. Es el caso de las obras que se llevan a cabo en la calle del Sol, que afectan solo a la zona peatonal de aceras anchas y en la calle Rochel, donde se ha levantado el pavimento pero se trata de la zona de acera, ya que es el tramo que no cuenta con plazas de estacionamiento. n