Paula Villar, de 16 años, tuvo que cambiar por completo el “chip” con el que iba a pasar un verano al que le quedan apenas unos, parece que todavía buenos, días. Después de que los técnicos de la Federación Española de kickboxing la seleccionasen para el Campeonato del Mundo de kicklight y ligthcontact que el próximo lunes comienza en Venecia, esta alumna del IES Canido decidió dejar atrás lo que iba a ser un “relajado” periodo estival –si bien “ella no sabe lo que es dejar de entrenar un mes entero en verano”, apunta Rubén Villar, su padre y entrenador– y aprovechar una de esas oportunidades que no vuelven a pasar ante tu puerta, al menos no en iguales circunstancias.
“Los seleccionadores nacionales vinieron a hablar conmigo”, comenta la deportista del ahora Narón O Freixo, después de su gran actuación en un Nacional en el que se hizo con el bronce, cayendo contra la, a la postre, campeona. Y es que Villar afronta ahora su primera cita internacional en una nueva categoría, la de 16 a 18 años, una circunstancia por la que prefería “esperar” antes de lanzarse a una prueba como un Mundial –si bien la ferrolana ya sabe lo que es, ya que en su amplio palmarés cuenta con un bronce en esta cita en el grupo de edad anterior, así como en un Europeo–.
“Pero es que si dejas pasar estas oportunidades... me valen como experiencia e igual el año que viene me quedaba atrás respecto a mis compañeros de selección”, analiza Villar tras un año de duros entrenamientos en el que, tanto ella como su técnico, han visto el salto, tanto en lo mental como en lo físico, de la deportista. “Sé que puedo hacer un buen papel, los seleccionadores me hicieron pensar y ellos saben, es a lo que se dedican, y si me lo han dicho ellos es por algo, no van a llevar a cualquiera. Y si no tuviera confianza en mí misma diría que no”, comenta la joven deportista.
Destellos
Y es que Villar es una de esas joyas en bruto que poco a poco se van puliendo, y durante los últimos meses han comenzado a verse unos importantes destellos. “Me noté que evolucioné muchísimo, de cabeza también, pero también en lo que es técnica”, analiza.
Una afirmación que corrobora su padre, siempre a su lado en cada pelea, “ha pegado un cambio en general, a la hora de salir al tatami, de pelear. Ha sacado el puntito de garra que le faltaba. A estos chavales les faltaba la ‘maldad’, la calle, que teníamos nosotros a su edad. La que tienen, por ejemplo, las húngaras, y que con 15 años pelean en ring, sin casco, con rodilla... eso aquí es impensable, hasta los 18 no te subes a un ring”, desarrolla Rubén Villar. Una ascensión apoyada en el trabajo y en la confianza en sí misma, así como el “callo” con el que ya cuenta esta joven en citas nacionales e internacionales. Y es que al exitoso Mundial y Europeo ya citados, Villar suma dos títulos estatales –2016 y 2017–, además de un oro y sendos bronces en los Opens de Grecia y de Austria, en diferentes modalidades.
“Al final es la manera de formarse en esto y el año que viene intentaremos ir a otros. Es lo que quiere y mientras lo compagine con los estudios y con un comportamiento correcto... dentro de sus 16 años claro –ríe–”, comenta su padre y también entrenador con título nacional. Y es que países como Italia, Hungría, Irlanda, etc. van un paso por delante, todavía, de España. Eso sí, un escalón que para Rubén Villar no es muy grande “teniendo en cuenta la organización y el tiempo que llevan en otras selecciones. Y hay países en las que familias enteras viven de esto. Aquí esto va subiendo”, señala. Un nivel del que ya es consciente Paula Villar, que acude a esta cita mundial “a por todas, pero siendo consciente de que es su primer año en la categoría y de que va a pelear con ‘niñas’ de casi 18. El seleccionador ya le dijo que este no iba a ser su Mundial, que será dentro de dos, tras cinco años en la selección, mucho rodaje. Pero cuentan con ella, es una apuesta a medio-largo plazo”, señala el técnico.
Tiempo
Una confianza a la que la deportista responde con trabajo pero, eso sí, sin descuidar sus citados estudios –”terminé la ESO con una media de 7,75. Durante el año me dedico a entrenar y estudiar, y los fines de semana, depende del tiempo que tenga, bajo lo que me da tiempo, uno, dos o tres días. En realidad hay tiempo para todo”, señala Villar, ni tampoco su vida social, “ayer –por el martes– fue a As Peras. Ahora en verano entrenaba por la mañana con mi padre, después bajaba con mis amigas y luego iba a correr con mi madre. Porque también hay que desconectar algo, bajé a casi todas las fiestas, casi lo mismo que mis amigas, pero en vez de dormir hasta tarde, me levantaba pronto y entrenaba”, desglosa la internacional.
“Y que si un día no entrena, o lo hace más tarde, no pasa nada”, puntualiza su padre. Un trabajo en un deporte en el que empezó hace solo seis años, cuando tenía 11, y con el único con el que se animó a dar el salto a la competición de la mano del Kickboxing Trasancos Juancho Vázquez. “Llevaba solo dos semanas cuando le dije a mi padre que quería competir”, y hasta hoy.
Narón O Freixo
Villar y su padre iniciarán esta campaña una nueva “aventura” en la familia del Narón O Freixo, después de acabar una etapa en entidad del Trasancos. Así, el técnico nacional coordinará esta nueva sección del club para todas las edades, y Paula se encargará de enseñar a los más pequeños. “Me gusta y también me sirve a mí, y lo veo como otra salida”, señala. Además, la internacional anima a todas las deportistas a probar si así lo sienten y “que no se fíen de lo que dice la gente de caracterizarlo como un deporte para hombres, porque en realidad es un deporte como otro cualquiera. Sirve para liberar estrés, conocer gente, sitios... es muy familiar. Y, además, en los campeonatos veo más chicas que chicos. Hay muchas interesadas”. l