Relatos y flores para recordar a las víctimas y a los héroes del vapor “Alegre”

Relatos y flores para recordar a las víctimas y a los héroes del  vapor “Alegre”
19 agosto 2015 página 20 Sada.- Relatos y flores para recordar a las víctimas y a los héroes del vapor "Alegre" Pita, Portela, Fernández, Griset, Guillén y Placer

El hundimiento del vapor “Alegre” fue “un feito que deixou marcado a moita xente” en Pontedeume, recordaba el martes en Sada el alcalde de esta localidad, Bernardo Fernández, durante la conmemoración del 75 aniversario de este suceso. Se trataba de homenajear a las víctimas y a los héroes que saltaron sin pensarlo para salvar a las decenas de personas que iban a bordo de esta embarcación. Cada año, los marineros de Pontedeume y Sada realizaban una procesión conjunta en honor a la Virgen del Carmen. Pero aquella celebración de 1940 se vio interrumpida cuando el vapor “Alegre” encalló en el peñasco de A Pulgueira y todos sus pasajeros se cayeron al agua. “O barco ía ateigado. Algúns din que ían cincuenta, outros cen.  Dende os barcos e dende o peirao a xente lanzouse ao mar e só faleceron tres persoas”, señaló Paco Pita, de la asociación cultural Suárez Picallo.
Los tres que perdieron la vida fueron un joven de 22 años que trabajaba en las máquinas del barco y dos niños, el hijo del patrón y la hija de un tripulante.
Una de esas personas que saltó sin dudarlo desde su barco para ayudar a los náufragos fue Juan Guillén, que falleció en 1979. Su hija, Muchita Guillén, acudió a Sada para participar en esta ofrenda floral.
Si decía el mandatario de Pontedeume que el naufragio dejó marcada a esta villa, el trauma también se dejó sentir en el lado contrario. “Recuerdo unos Caneiros que íbamos a ir y no quería que fuese por lo que había pasado”, recuerda Muchita.
“Él salvó a 25 personas, a doce de ellos como si fuesen una piña, porque estaban agarrados unos a otros”, rememoró al término del homenaje.

Reconocimiento
Aquella valiente actuación le sirvió a su padre, como a muchos de los que actuaron de inmediato, la medalla al honor, otorgada en 1941 y que ayer portaba su hija, así como un diploma en reconocimiento de su valía.
Junto a Muchita, depositó el ramo de flores en el ancla que recuerda el hundimiento Lolo Placer. Tenía diez años en aquella procesión y lo vio todo desde el puerto. Antes de confirmarse la desgracia, primero intuyeron que algo iba mal, “la gente decía que algo había pasado”, hasta que se confirmaron los temores.
 Encantado de este homenaje, porque si no se hace “las cosas se olvidan”, conoció ayer mismo a Muchita, que durante años vivió en Venezuela y en su haber cuenta con un bronce en un mundial de bolos y fue subcampeona de esta modalidad en la competición de Todas las Américas.
“Das casas sacaron sábanas e café para as vítimas. Incluso Franco, que se atopaba veraneando en Sada, mandou ao seu médico particular para axudar. Nunca máis se realizou esta peregrinación entre Sada e Pontedeume, supoño que por respecto”, rememoró Pita.

“Nunca máis”
“Traumatizou a vila e nunca máis se fixo”, respaldó el regidor de Pontedeume. “Igual habería que recuperar esa tradición, que sería o mellor homenaxe, coa festa nalgún dos dous concellos”, propuso. La propuesta fue recibida con entusiasmo por los protagonistas del homenaje. Tanto Muchita como Lolo aseguraron que les parecía “fantástico” que Sada y Pontedeume retomasen la procesión conjunta entre las dos localidades. 
El guante lo recogió el homólogo sadense de Fernández, Benito Portela: “Agradezo a proposta, é unha gran idea”. Recalcó que “algo se facía ben entón, cando en 1940 o mar era o centro de Sada e agora a vila está de costas ao mar. Non podemos darlle as costas e ten que voltar a ser o centro”.
Sobre la relación de Sada y el mar en aquellos años también se pronunció el historiados o artesano cultural, como él mismo se definió, Xavier Griset. Pita mencionó la relación del cura de Sada con Pontedeume. Una vinculación que concretó Griset. Era de Pontedeume y antes de ser sacerdote fundó una asociación marinera en el municipio. Ya en Sada, fue el fundador del pósito y  tuvo “unha grande actividade”. 
Además, en 1909 fue uno de los impulsores de la Vigilancia de la Ría. “Comezaban a preocupación polo estado do mar e da ría. Vían que empezaba a torcerse as cousas e querían defendelo”, expuso.

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