Al final, la clave radica en que la Xunta pretende que esta sea la última vez en la que hay que tomar medidas drásticas, por ello, está dispuesta a esperar a que los datos muestren de manera irrefutable el control de la pandemia antes de relajar las medidas de control y encontrarse, pasadas unas semanas, en que hay que volver a las restricciones.
Un equipo que, supuestamente, estaba diseñado para poder jugar hasta en Primera y que pasea sus vergüenzas por la Segunda B, recibiendo lecciones de equipos que tienen hasta diez veces menos presupuesto.
El gerente del Sergas ve aún capacidad de “crecer” para atender a críticos en la red de centros