EL ÚLTIMO TANTO

Venimos sufriendo varios procesos orgánicos dentro del Partido Socialista que a nadie deja indiferente  porque quizás algunas –o muchas- personas lo ven como la última oportunidad para seguir dentro del panorama político actual. Y, dentro de dichos procesos, el domingo pasado las y los militantes socialistas ejercimos nuestro derecho al voto para elegir candidato/a a las Alcaldías de los municipios de Galicia y, en el caso de esta provincia, al que será nuestro secretario general en los próximos dos años. Si bien no hubo contratiempos en las grandes ciudades con los distintos candidatos/as a ser cabeza de lista para acceder a las alcaldías y gobiernos de las localidades, es evidente nos toca trabajar para recuperar la credibilidad de nuestros votantes y, vistas algunas encuestas publicadas en las últimas fechas por diferentes medios, parece que a nuestro partido se le presenta una tarea  muy dura para volver a calar en la ciudadanía. Quizá tantas disputas internas, muchas de ellas públicas, no dejan indiferentes a la ciudadanía, y por mucho que se midan los tiempos, eso ni se perdona ni se olvida, porque nuestra gente espera que estemos a la altura desde el día cero. Hasta el 25 de mayo, a todas y todos nos toca arrimar el hombro; ya no vale la foto “yo estoy aquí” sin que se dé una solución a los problemas y ya no vale mirar para otro lado. De lo que  se trata es de sumar, nunca restar, y para ello se debe arrancar desde la humildad, apartando esas altiveces y prepotencias que denotan una soberbia impropia de cualquier carácter afable. Debemos ser referentes en derechos sociales, igualdad, sanidad, educación y, en definitiva, en todo lo que demanda nuestra ciudadanía. Sin duda, llevaremos los mejores programas,  siempre pensando en la calidad de vida de nuestra gente, pero también tenemos que saber explicarlo y hacerlo llegar a vecinas y vecinos, algo que no se debería causar ninguna duda ni problema si “se cree” realmente en ello. Ahora es el turno de los secretarios y secretarias municipales, que deben trabajar acorde a su ejecutiva para realizar un programa y unas listas por el bien de la ciudad. Ahora es el turno de estas personas que han trabajado durante cuatro largos años en la sombra y deben poner rumbo a las diferentes Alcaldías. Esto no va a ser fácil, pero como dice la canción, “Si la música es el alimento del amor, que siga sonando”.

 

EL ÚLTIMO TANTO

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