Tomadura de pelo

Recordemos un suceso profusamente divulgado en su día por los medios de comunicación: a finales de 2013, la Agencia Tributaria cesó discrecionalmente a los titulares de los puestos de libre designación, es decir, puestos a dedo con méritos sobrados o sin ellos, para justificar el cese fulminante de la jefa adjunta de la Oficina Técnica de Dependencia de Control Tributario porque resolvió contra el recurso de reposición presentado por Cementos Mexicanos, SAB de CV, Cemex, por la sanción impuesta (450 millones de euros) por simular pérdidas para disminuir los tributos a pagar, desoyendo las instrucciones dadas por la Delegación Central de Grandes Contribuyentes.
Los que saben de esto comentaron que no es habitual que una empresa presente el recurso de reposición ante el mismo órgano que resuelve reiterando los mismos argumentos, en lugar de presentarlo ante el Tribunal Económico Administrativo, salvo que “espere” un cambio en la decisión de admitir el recurso o no. Así pues y resumiendo: que Montoro perdona y manda perdonar a la compañía mexicana unos 450 millones de euros  por un delito fiscal cuyo montante se deja de ingresar en nuestras depauperadas arcas públicas cuando por el contrario, a quien ha montado en un portalito un humilde negocio para coger puntos a las medias y, por desconocimiento, no declaró un trimestre en el que no ha emitido factura alguna y la aportación a Hacienda en concepto de IVA fueron 0 euros, le han crujido con la correspondiente sanción.
Bien; sigamos con la noticia de la semana: la ya familiar Petróleos Mexicanos, Pemex, contrata el par de archifamosos floteles a Barreras y a Navantia, por 300 millones de euros cada uno. 300 + 300 = 600 millones de euros en total. Teniendo en cuenta que el 51% de Barreras pertenece a Pemex, procede tirar de calculadora y recalcular, siendo el resultado el siguiente: 147 millones de euros (el de Barreras) + 300 (el de Navantia) = 447 millones de euros es lo que contablemente desembolsaría Pemex. Mas recordando que la antedicha condonada deuda ascendía a 450 millones de euros, calculamos de nuevo: 450 – 447 = 3 millones de euros.  Tres milloncitos de euros reales es lo que aflojarán los mexicanos por los floteles.
Si a ello restamos lo desembolsado por su participación en Barreras del 51%, 2,1 millones de euros, y que ahora nos enteramos de que contractualmente conlleva transferencia de tecnología, resulta que 3 - 2.1= 0.9; por 0,9 millones de euros el Gobierno español, recortándonoslo, regala a los mexicanos el par de floteles y que se nos lleven la tecnología y el saber hacer a otra parte.
¿Y quién paga la cuenta que tan bien a mí me cuadra? Como siempre, usted, amable lector, y yo. Bárcenas, Blesa, Infanta, residentes en Marruecos, Andorra, Miami, la cuenta del Rey en Suiza, futbolistas y todos los poseedores de cuentas en paraísos fiscales más los acogidos a la amnistía fiscal, ni un real.  A este gobierno, no lo olvidemos, le cabe es dudoso honor de haber favorecido que determinados ciudadanos, como los mentados, hayan unos eludido y otros directamente escapado al peso de la ley; pero a estas alturas de la película ya tenemos también la certeza de que, estando el PSOE en el gobierno, ha hecho exactamente lo mismo, por lo que podemos presumir que en este caso hubiese actuado de igual manera.
La relación entre Cemex y Pemex es que, al igual que Navantia, son empresas públicas. Hé aquí una posible explicación a tantos meses de incertidumbre, negociaciones, arduos amaños y los sucesivos retrasos en anunciar la resolución del concurso.
Por tanto, siendo cierto que es motivo de alivio esta pequeña carga de trabajo en una industria que ha venido a menos desde que Felipe González, siendo esta puntera y competitiva, la regalase en su día a Europa porque molestaba a la misma industria europea, no es menos cierto que el trasfondo de cómo pudo haberse conseguido este contrato apesta, al tiempo que podría dar lugar a que se cumpla el refrán de “Pan para hoy pero hambre otra vez para mañana” si no se aprovecha este tiempo muerto, como se dice en argot deportivo. La funcionaria del Estado que no hizo más que cumplir con su trabajo fue cesada pero en Navantia no ha cesado ni un inútil. Los Inspectores de Hacienda vienen reclamando que los cargos técnicos los ocupen por concurso funcionarios cualificados. PPSOE, a lo suyo: de campaña.

 

Tomadura de pelo

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