Secesión a la vista

Con su discurso de proclamación, plagado de directas, indirectas y sutiles recados a propios y navegantes, si Felipe VI decidiera presentarse a unas elecciones generales tengo para mí que arrasaría gracias al voto de la gente normal, esa que a la pregunta de si izquierda, derecha, república o monarquía contesta que lo que desea es trabajo y dignamente remunerado, sanidad sin esperas, justicia rápida, etc, quedando al margen sólo ese conglomerado de siglas representativo de tribus y minorías que precisa de pactos, alianzas y fusiones para llegar y tan tocanapias como el vecino que en asamblea de comunidad lo suyo habitual es preguntar de qué se trata que se opone.
Con todo y a pesar de las alusiones a que la Monarquía parlamentaria que encarna es garante de la estabilidad de derechos y libertades ganadas... pues eso como que no; diariamente vemos como valores y derechos recogidos en los títulos preliminar y primero de la Constitución son mancillados con sonrisa wertiana por este gobierno, pues es bajo vigencia de esta forma política del Estado que ha tenido lugar los desahucios, las pérdidas de empleo aprovechando una reforma laboral no nacida para eso, la generalización de sueldos miserables, recortes en sanidad, dependencia, el tasazo judicial para dificultar el libre acceso a la Justicia, los informes de Cáritas, la pobreza infantil, las clases medias rebuscando comida en los contenedores de basura, etc, a lo que también aludió el nuevo Rey cuando dijo aquello de que “el rigor de la crisis económica ha golpeado duramente hasta verse heridos en su dignidad como personas”, sin apostillar las causas porque tampoco era momento ni lugar; pero mientras Thomas Piketty, economista francés especialista en desigualdad económica y distribución de la renta, director de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, recomienda subir impuestos a los ricos para equilibrar la enorme desigualdad que lleva a España a la miseria destruyendo la potente por extensa clase media, Montoro prepara una reforma fiscal que favorecería a los  ricos (cuantos menos tramos tenga el IRPF, menos progresivo es) y reclasificará nuevamente productos sanitarios, pasándolos del tipo reducido (10%) al tipo general (21%).
Pocas horas antes de que el nuevo monarca reiterase en su discurso su apuesta por la investigación y la tecnología como fórmulas para sacar a España de la agonía, el gobierno lo hacía por la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando para estabilizar el PIB. “Impulsar las tecnologías, ciencias, investigación, ...creadores de riqueza... promover la capacidad creativa y la iniciativa empresarial, como actitudes necesarias para el desarrollo del crecimiento...”.
Y el gobierno del PP de esta gran Nación que Felipe desea que sea, elimina programas de investigación con muchos años de trabajo realizado, se carga becas, se carga todo lo que pilla por delante para llevar a cabo una política en la que los ricos aumentaron en España el 11,6% en 2013 y un 27% durante la crisis; con un 25% de paro, el SMI es en España de 645 euros mientras que por ejemplo en Holanda, con un 7% de paro, el SM alcanza los 1.400 euros. Pero al pueblo español lo que le enfada, como bien apuntó Cayo Lara, es que nos colaran 5 goles en Brasil.
En la misma línea de sorpresa que Cayo Lara se manifiesta el denostado Mario Conde: “Comprendo  el disgusto por perder frente a Chile en futbol.... ¿Y la indiferencia por perder la Soberanía monetaria y fiscal frente a UE?”  Informaba ahí atrás Man Castro, también en un tweet, (@esmudiense: opina, informa, comparte y como sarcástico no tiene precio) “que las redes sociales son ya la segunda fuente de información entre menores de 35 años”. Eso, ¿es bueno o malo? La deglución indiscriminada y ultrarrápida de noticias ¿no dejan a uno mareado y desarbolado?  Pues eso es lo que hay y pese a su muy buen discurso, ni la sociedad va a cambiar por decreto ni la mera llegada de un nuevo Rey transformará unas instituciones en manos de corruptos y ladrones a manos llenas, que ya han abocado sin piedad a millones de españoles a la miseria. Hará falta algo más. Por lo demás y sin que tenga culpa alguna, desde Felipe V a cada Borbón le ha correspondido una pérdida territorial: a Juan Carlos I, el Sáhara occidental.

 

Secesión a la vista

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