COMUNICACIÓN

Un tertuliano del PP excusaba en el programa de TV1 “LN24h” el resultado electoral de las municipales en los fallos de comunicación cometidos, intentando con ello justificar dos cosas: 1) la pérdida de votos y gobiernos por España adelante debido al incremento de impuestos, entre otras razones, y 2) que haberlos subido “era necesario y la gente tenía que entenderlo pero no supieron explicarlo”.
Ja, já… Pero bueno, vamos a dar por bueno el argumento. ¿Fallos en la comunicación o falta de comunicación lisa y llana? Recordemos el plasma y el batirse en retirada por los pasillos del Congreso. En cualquier caso, no todo el problema está sobre su tejado. Veamos otro ejemplo en la siguiente noticia del pasado mes de Mayo: “La DGT tiene un chollo en A Coruña”; describe fielmente los € que se levantó imponiendo sanciones por exceso de velocidad gracias a los controles, radares móviles, cámaras con velocímetros y demás. Bien; siendo así, bien multados estarán. ¿Es esa la noticia, la recaudación? ¿O lo sería si esta fuera en base a la colocación absurda y premeditada en lugares inapropiados justo para pillar lo que puede ser un pasarse momentáneo, porque interese más el afán recaudatorio que la seguridad vial? 
Comunicación verbal fallida más afán recaudatorio se aúnan en esta situación, en la que tiene que ver un concello cercano y el caso no es como aquel que describía Gila acerca de cómo se iba transformando una orden desde que emanaba del Coronel hasta llegar al cabo tras pasar por sucesivos sujetos sino que la comunicación fue entre dos: un empleado de la empresa concesionaria de la gestión del servicio municipal de agua potable y alcantarillado, por cierto, la misma con la que el concello de Rianxo rompió el convenio suscrito por una corporación anterior, que obligaba al concello a pagar 188.000€/anuales por un supuesto déficit financiero del servicio, y un vecino al que intenta “informar” de la conveniencia de conectarse a la red de alcantarillado utilizando sugerentes argumentos así como que “tal vez no tenga usted su pozo dado de alta”.
El vecino, que no leyó la ordenanza municipal y menos la ley, sabedor de que ambas se suelen escribir “al dictado” de la aspirante a concesionaria y además conocedor de los método$ empleado$ para animar a que lo$ funcionario$ que $e pre$ten a ello, informen favorablemente $u opción, le preguntaba directamente si no habría alguna excepción para casas más del rural que de zona urbana (“zona urbana”, cuidado, adornada de tojos, felgos, maleza de la que no arde nunca aunque Galicia arda por todas partes, culebras y nada menos que ardillas, liebres y bambis a 300 metros de la playa y en la que no se podrá construir y, por lo que se ve, ni limpiar ni obligar a limpiar), cuyas fosas sépticas datan de más de 50 años de antigüedad, grandes como la propia casa, construidas como Dios mandaba, para no tener que vaciar jamás, con caminos de hormigón impreso o piedra encima y, para colmo, con sólo uno o dos moradores generando deshecho. Ni siendo gratis el enganche, que no lo es, a este paisano le compensaría levantar todo para una conexión que no necesita y para la que, encima, tampoco hay préstamos a interés cero para acometer la obra de reposición a su estado actual. Para nada le compensa al pobre vecino, que sin embargo no se niega a pagar luego, en los recibos, el impuesto revolucionario del servicio del que no se beneficiaría.
Para redondear su tesis, el vecino prosigue: es como si por el hecho de haber contenedores dispuestos por el camino a uno le obligan a echar la basura fuera, privándole de hacer compost para las macetas.
El empleado informador y captor de abonados, en su línea, ahora persuade con que igual la fosa de más de 50 años tampoco está dada de alta y encogiéndose de hombros como diciendo “usted verá”, se aleja por el camino.
La parte de afán recaudatorio de este caso lo aporta lo siguiente: fosas sépticas al menos como la citada fueron dimensionadas para que el proceso funcione, se descomponga todo y depure sin necesidad de conectar a ningún alcantarillado porque no hay riesgo sanitario. La conexión, a la que este empleado induce con reprochables métodos, no mejora la situación sanitaria porque no hay riesgo alguno para la salud pública. El líquido resultante, vertido en la propia finca totalmente desbacterizado, lo absorbe propio terreno. No solo no daña sino que ni moja a nadie.
¿Cómo acaba la peli? Así: la obra gravada con tasa abarca de boca de alcantarilla a pie ¡exterior! de muro. Ná má. De su legitimidad, otro día.
 

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