Filharmonía y filarmónica

La Sociedad Filarmónica Ferrolana acaba de celebrar en el Auditorio de la ciudad un concierto de excepción en el que la Real Filharmonía de Galicia brilló con la interpretación de obras de Brahms. Integrada por cincuenta músicos de incuestionable profesionalidad, acompañó en la primera parte al pianista Jorge Federico Osorio, notable por su amplia trayectoria internacional siendo conceptuado como “uno de los pianistas más eminentes de nuestro tiempo”, algo que podemos constatar tras escucharlo con el Primer Concierto para piano en Re menor, Op. 15 del Maestro alemán. 
Un concierto que transcurre a través de tres movimientos: El Maestoso, en el que sorprenden los angustiosos silencios y trinos sobre el trémolo de los timbales precediendo a un dramático diálogo; el Adagio y el Rondo: Allegro non troppo, de tema magnífico. Cristalino el piano de Osorio que obtuvo su clamorosa ovación. Ya en la segunda parte, la pletórica Filharmonía, interpretó la Sinfonía Nº 2 del compositor. Un idilio en Re Mayor que comenzó con el Allegro non troppo y una danza de alegre energía que se presenta  en los brillantes violines, especialmente el del concertino James Dahlgrem y su ayudante Adriana Winkler, animando y sugiriendo escenas apacibles que concluyen con la “soñadora” coda. 
El segundo movimiento, el Adagio non troppo, comienza con un tono pesimista en la amplia melodía de los violoncellos para contrastar seguidamente con la sincopada siciliana que pone fin a la sepulcral voz de las trompas. Sigue el Allegeretto graziosso (quasi Andantino) y el Allegro con spirito, de música (y final) feliz. Tan feliz como la sensación que experimentamos al terminar este concierto con el que la Filarmónica despide el 2016 hasta la próxima cita el 9 de enero. Hasta entonces que permanezca en nosotros la esencia viva de la música y de este concierto.

Filharmonía y filarmónica

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