La guinda del pastel

Aunque la leña estaba cortada en el juicio a los independentistas catalanes, faltaba la guinda del pastel. La pusieron los acusados con su propias palabras. No son delincuentes “comunes” y jamás había oído en un juicio, tanta dignidad en unos reos defendiendo su inocencia. Desde mi punto de vista, y al margen de  pruebas presentadas, a favor o en contra, sostengo que  dieron al tribunal y a quienes les escucharon, una lección de entereza de ánimo personal y familiar (tras casi quinientos días de prisión preventiva), de honradez y responsabilidad política con el pueblo catalán al que representan. Para mí, transgredir una constitución venida del franquismo con un rey pegado a ella, jamás será delito. La libertad no consiste en lo que diga un papel, sino en como la sienten y quieren las personas. Y si anhelan ser independientes y republicanos, están en su derecho de hacerlo con todas las armas política a su alcance y sin violencia. Yo también estoy hasta las pelotas de tanta España una, grande, y libre.

La guinda del pastel

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