Franco y Domenico Modugno

Hay quienes dan vueltas y revueltas a la pejiguera Cruz del Valle de los Caídos (caídos porque los apiolaron de mala manera). Da la impresión de que, mientras unos se la cogen con papel de fumar para no herir susceptibilidades, otros la rodean y apuntalan con  brazos extendidos. Pero como dice el fogueteiro de San Roque “Dádeme a min a crus isa, e amáñoa volado de contado”. Parece que el nacho lo ve más claro que  dios. Seguro que tiene alguna idea al respecto como, tal vez, usarla de almacén ilegal de pólvora y… a lo que surja. Sería cojonudo y maravilloso ver, en una estrellada noche de primavera, a los compases de la inolvidable canción de Domenico Modugno “Voolaaree, oh, oh”, despegar a los cuatro evangelistas disparados al cielo, a toda hostia y sin trasbordo, entre bombas de palenque y alegóricas estrellitas rojas y amarillas, Todo un detalle patriótico al creador de la Cruz, a quien Dios guarde en su puuuuuuu…ra gloria eternamente, o hasta que la historia lo olvide de una puta vez. 

Franco y Domenico Modugno

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