Ferrol ante un gobierno irrelevante

No será precisamente el gobierno local de Jorge Suárez (Ferrol en Común) uno de los que pase a la posteridad salvo para hallar en ella –a estas alturas, con casi tres cuartas partes de su trayectoria consumidas, o consumadas– otro adjetivo que el de la irrelevancia. Con más detractores que plácidos consentidores de su gestión, la cuestión de los presupuestos municipales –los primeros que llevará a sesión plenaria– ha pasado a un segundo plano una vez visto el resultado de estos tres años de mandato. 
La opinión pública se estará preguntando –lo hace ya desde hace mucho– qué cuestiones o aspectos de la actividad política del grupo de gobierno pueden trascender a día de hoy salvo en lo que a declaración de intenciones se refiere. Poco podría esperar en su momento FeC llegar a la presidencia de una corporación caracterizada históricamente por los desencuentros, tanto en la izquierda como en la derecha, que se han contado con sobrados ejemplos a lo largo de las últimas décadas de ediles tránsfugas, cambios de chaqueta y hasta puñaladas entre aquellos de quienes menos se esperaba.
Si lo que la izquierda que ocupa las bancadas de la oposición pretende ahora, con su apoyo o intento de respaldo a los presupuestos municipales presentados por FeC, tres años después de anunciarlos por primera vez, es dar un plus de credibilidad a que sigue siendo posible un gobierno de coalición, capaz de transmitir una imagen de cohesión y racionalidad a una ciudad que demanda a gritos mínimos de sentido común, lejos está de saber si esa lección con la que ahora parece postularse tendrá realmente alcance en un electorado desencantado, por no decir hastiado.
Cierto es que la no presentación del documento presupuestario de un municipio gallego no es trauma exclusivo de las autodenominadas Mareas, pero no era en cualquier caso lo esperado por parte de quienes se postularon como los gestores del cambio. Con poco más de un año de carencia a la espera de los próximos comicios, la obviedad espanta. Sobre todo si la opinión pública se pregunta por qué ahora pueden darse los pasos para que tan antagonista forma de entender la política y su juego desde la izquierda se ponga de acuerdo a la hora de respaldar el más esencial texto de gestión municipal. Pero, sobre todo, por qué no lo ha hecho antes. La carrera de 2019 ha comenzado.

Ferrol ante un gobierno irrelevante

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