El submarino Garzón ya emergió a la superficie

SI un huevo Kinder oculta en su interior una sorpresa, cómo no va a caber otra en un quinto de cerveza, cuya capacidad es superior. Y no una sorpresa cualquiera, sino un submarino y además con forma humana. Garzón no Baltasar, sino el tal Alberto, y Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias se juraron amor eterno con la firma del pacto de los botellines, que alumbró lo que sería Ni Unidos Podemos, que del sorpasso pasó al tortaso. Desde entonces van del ganchete a casi todas partes y hacen las parvadas en estereo, pero como siempre hubo pobres y ricos, Iglesias manda y Garzón obedece. Y así plantea a los militantes de IU que se disuelva la formación y se integre en Podemos como corriente de opinión. Habrá que estar atento no vaya a ser que en una botella de Estrella aparezca un sumergible.

El submarino Garzón ya emergió a la superficie

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