La puerta del dique

Hace un par de semanas me llegó una consulta que a primera vista pensé que su resolución no tendría la menor dificultad. Era relativa a la Puerta del Dique del Arsenal, y la cuestión tenía que ver con su reloj, pues el investigador que me lo preguntaba quería saber si había sido hecho por Andrés Antelo Lamas, famoso operario de la maestranza que, como me imagino todos ustedes saben, vivió a caballo de los siglos dieciochesco y decimonónico.
Cómo es lógico, lo primero que hice fue echar mano de “los clásicos”, es decir, consultar las magníficas obras que, a lo largo de estos cuarenta años han publicado los reputados historiadores navales Juan Antonio Rodríguez-Villasante Prieto y Alfredo Vigo Trasancos, pero lo curioso es que ambos apenas hacían simple referencia a él. Tampoco encontré la fecha exacta de la erección del elemento sin duda más bello del Arsenal, su puerta monumental.
Se me ocurrió entonces consultar la Gaceta de Madrid y… ¡eureka!, allí apareció una referencia (edición del 6 de agosto de 1857) donde reseñaba la sustitución a finales  del mes de julio del antiguo (y se supone primer) reloj, que decía lo siguiente:
 “Tendrá cuatro esferas que ocuparán los cuatro lados de la torre, los cuales estarán iluminados de noche. Siendo como es este reloj principal, que sirve a los arsenales y a la población del centro, esta mejora es de suma utilidad […]”.
Por lo que podemos suponer que el primer reloj sólo tenía una esfera. No está de más recordar que en aquel año (1857) se estaban realizando varias obras de mejora tanto en el Arsenal como en el astillero (nueva grada de 300 pies de longitud con pavimento de cantería, construcción del muro que cerraba el recinto y modificación de la puerta principal de su entrada situada en el cuadro de Esteiro), obras que seguramente se realizaron ante la próxima visita de la Reina Isabel II que como es sabido otorgaría a Ferrol al año siguiente el título de ciudad. 
Como Antelo había fallecido dos años antes, me atrevo a asegurar que dicho reloj (me refiero al de 1857, claro) no fue obra suya, entre otras razones porque Antelo, en un reloj de esta importancia, hubiera grabado su nombre en la maquinaria del mismo, al igual que lo hizo en el de la catedral de Santiago (torre “Berenguela”). Nos inclinamos a pensar que seguramente el crono sea de procedencia británica, aunque la mejor manera para despejar todas las dudas sería subirse a la torre y mirar si tiene el nombre de la firma que lo construyó.
Volviendo al primer reloj de la puerta, el original, se debió de instalar cuando se erigió, entre los años 1768 y 1770, pues como decíamos tampoco se conoce (al menos yo no la he encontrado) la fecha exacta, pese a la amplia bibliografía existente sobre el Arsenal.
A lo largo de todos estos años, en mis visitas al Archivo General de Marina sito en la localidad manchega del Viso de Marqués, he ido tomando nota de la referencia de los legajos que se encuentran allí referidos al Arsenal. Quizás no estaría demás que los repasara. Ojalá que en el futuro tenga tiempo para ello, y que este pequeño “enigma” quede resuelto pronto.
 

La puerta del dique

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