Sanidad financia desde hoy un nuevo tratamiento para formas graves de epilepsia infantil

Sanidad financia desde hoy un nuevo tratamiento para formas graves de epilepsia infantil

El Sistema Nacional de Salud (SNS) financia desde este jueves una nueva opción terapéutica para reducir la frecuencia de crisis epilépticas vinculadas a los síndromes de Dravet (SD) y Lennox-Gastaut (SLG), dos formas graves de epilepsia infantil detectadas en los primeros años de vida.


La fenfluramina, que consta ya en el nomenclátor de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), amplía el intervalo de tiempo sin crisis a los pacientes de Dravet de 10-13 días a los 29-32, mientras que los de Lennox-Gastaut reducen más de un 50 % la frecuencia de caída cada 28 días.


Se trata de un agente liberador de serotonina que, gracias a su mecanismo de acción diferente y complementario al de los anticrisis existentes, puede utilizarse sin alterar los tratamientos actuales en pacientes a partir de los 2 años, ha explicado en rueda de prensa Susana García, directora médica de Neurología en UCB.


El fármaco se administra por vía oral mediante una jeringuilla bajo la guía y supervisión de un médico y, según ha recalcado en rueda de prensa Patricia Smeyers, responsable del área de epilepsia de la sección de Neuropediatría y de la Unidad Multidisciplinar de Epilepsia del Hospital La Fe de Valencia, supone una nueva herramienta para acabar con el "nihilismo terapéutico" en que a veces se incurría con estas enfermedades.


"Son enfermedades raras y graves y que empeoran con el tiempo; además, el hecho de tener que ir añadiendo fármaco tras fármaco hacía también que se agravaran los efectos secundarios", con lo que al final se optaba "por no hacer nada", ha añadido la neuropediatra.


Los síndromes de Dravet y Lennox-Gastaut afectan a uno de cada 16.000 nacimientos y a 1-5 de cada 10.000 habitantes respectivamente; del primero, hay en España unos 450 pacientes diagnosticados, pero del segundo es más difícil dar una cifra porque sus síntomas son más heterogéneos y a veces los criterios de la enfermedad no se cumplen hasta que está avanzada.


En ambos casos hay un alto grado de farmacorresistencia a medicamentos antiepilépticos, por lo que los pacientes a menudo no pueden controlar la frecuencia de sus crisis, de forma que menos del 10 % de pacientes lo consigue aun combinando hasta más de tres fármacos antiepilépticos existentes, ha puntualizado Antonio Gil-Nagel, jefe servicio asociado de Neurología de Hospital Rúber Internacional de Madrid.


Los tres ensayos en los que Sanidad ha basado su aval mostraron en Dravet una disminución de entre el 60 y 70 % en la frecuencia media de crisis convulsivas mensuales y de hasta 10 veces de la tasa de Muerte Súbita Inesperada en Epilepsia, la "gran amenaza" que atenaza a las familias de los pacientes.


Más allá de las crisis epilépticas, el fármaco también impacta en la calidad de vida de su entorno, pues estas formas de epilepsia conllevan una disminución de la capacidad cognitiva, trastornos del control motor y problemas de conducta que requieren la monitorización de cuidadores en todo momento.


Según los ensayos, desde el inicio de tratamiento los cuidadores y familiares afirman sentirse menos abrumados, con menos ansiedad y estrés, y con una mejor calidad del sueño, han concluido los expertos.

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