La Alcaldía de Ferrol ha tomado las primeras medidas para revertir el proceso de peatonalización de nuestro casco histórico. La tradicional alergia de los ferrolanos a usar los aparcamientos de pago y las presiones del comercio de la zona proporcionan aplauso al alcalde en una medida que, en mi modesta opinión, no logrará lo que pretende. Los comerciantes vinculan el declive económico de A Magdalena con el cierre al tráfico rodado y la reducción de aparcamientos en superficie, pero la causa real es una combinación de alquileres abusivos y caída demográfica unida a la competencia de las grandes superficies y de una mejorada oferta de servicios, comercio y hostelería en los demás barrios. Afortunadamente, no hay mal que por bien no venga, así que recuperaremos una seña de identidad ferrolana tan importante como dar vueltas y vueltas buscando un hueco para aparcar. ¿Qué somos? ¡Ferrolanos!