El PP tiene como panacea la reducción de impuestos, y aunque reconoce que empeorarán los servicios públicos, afirma que estos seguirán siendo aceptables y que compensará que la gente tenga más dinero en el bolsillo. El problema es que rebajan poco a muchos y mucho a pocos, porque la presidenta madrileña renunció a cobrar tres impuestos con el resultado de rebajar 51.000 € a los más ricos y 275 € al resto de madrileños, y como las protestas contra esta revuelta de los privilegiados han brillado por su ausencia, Ayuso se ha pasado de frenada y concederá becas escolares a familias que ganan más de 150.000 €. Por su parte, J.M Moreno quiere rebajar 620 millones en cuatro años, lo que sale a euro y medio al mes para cada andaluz, y para que la fiesta no se pare, tanto Ayuso como Moreno reclaman al gobierno una compensación de 1.000 millones, que como es lógico pagarían los demás españoles.