No se alarmen, no traigo a este espacio una visión apocalíptica de España que está pasando un mal momento coyuntural, pero es tan fuerte que no corre peligro. Decía un paisano leído que periódicamente nuestro país es víctima de la mala actuación de políticos mediocres e irresponsables, pero tiene tanta capacidad de resistencia que siempre superó las adversidades y ahora también superará este desnorte.
Lo que quiero comentar y valorar hoy es la imaginación desbordante de algunos ciudadanos que explican los hechos de rabiosa actualidad de manera original y muy didáctica. Una muestra de esa creatividad e ingenio es la presentación que circula por la red con el título “La rendición de España”, que es una “copia” del cuadro en el que Diego Velázquez pintó para la eternidad la capitulación de la ciudad holandesa de Breda tras el asedio de las tropas españoles al mando del general Ambrosio Spínola. La ciudad, defendida por Justino de Nassau, se rindió el 5 de junio de 1625.
En el lienzo “Las lanzas” o La rendición de Breda”, Velázquez inmortalizó el momento en el que Justino de Nassau, acompañado de parte de su tropa, entrega las llaves de la ciudad al general Spínola que las recoge rodeado de su gente y trata al derrotado con caballerosidad, casi como a un amigo. El héroe militar, elegante en la victoria, no quiso humillar a su rival.
Una “copia” de esta gesta inmortalizada por Velázquez es la que circula por la red con el nombre de “La rendición de España” y en ese cuadro “clonado” el autor sustituye las caras de los personajes históricos por protagonistas políticos de la España de hoy.
Ahí está el presidente Sánchez “rendido” en el papel de un Nassau, acompañado de Patxi López, Yolanda Díaz, Bolaños, más ministros del gobierno anterior y dirigentes de su partido, entregando las llaves de España a Puigdemont, el vencedor, encarnando al general Spínola, al que acompañan Junqueras, Rufián, Aragonés y gran parte de la dirigencia del independentismo catalán.
Convendrán conmigo que el autor desconocido de esta copia desborda imaginación. Partiendo de una gesta gloriosa de la historia de España del siglo XVII explica gráficamente un episodio vergonzoso de la realidad política del siglo XXI, como es la rendición del presidente Sánchez ante un sedicioso y malversador como Junqueras, un ex terrorista como Otegui y un prófugo de la justicia como Puigdemont.
Que el presidente capitule sumiso ante estos delincuentes y otros nacionalistas que asedian a España y odian sus símbolos y sus instituciones es la mayor degradación de la democracia. Una humillación de España tan espantosa que jamás podían imaginar los ciudadanos, ni pintar artista alguno. Ni siquiera el genial de Diego Velázquez.