Posiciones de sustento y valentía

En medio de un progresivo temporal de despropósitos humanos, con un creciente huracán de incertidumbres, un aluvión de crisis diversas, un tremendo desconcierto atmosférico y una honda injusticia global; reivindico otros posicionamientos más lícitos y equitativos, que sirvan de apoyo a esas gentes desfavorecidas y abandonadas. Sabemos que cualquier cambio requiere siempre de valor y valentía, para enmendar sistemas financieros indignos, ya que suelen servir únicamente a los intereses de los más pudientes del planeta. Ante esta realidad, hemos de asumir el dar aliento mediante otro aire más justo y creativo, con posiciones firmes que generen amor fraterno y amistad social, ya sea de asistencia inmediata al desvalido, adaptación al cambio climático o de otras prácticas más solidarias en la actividad económica, teniendo en consideración al conjunto de todos los pueblos y de sus moradores. Reunirse y unirse, por consiguiente, es el comienzo para juntos trabajar y poder salir de este caos. 
 

No más escapatorias, el periodo de las promesas incumplidas debe terminar de una vez por todas. En este sentido, considero prioritario socorrer a los países menos adelantados a superar sus vulnerabilidades. En consecuencia, será bueno activar otras poéticas más reales e inclusivas, que no dejen a nadie atrás, ante la crisis del costo de la vida. Desde luego, también el apoyo fiscal debe de focalizarse en los grupos más afectados por la carestía de los alimentos y la energía; al tiempo que para mitigar el cambio climático, apelamos a la justicia, persistiendo en la tarea de limitar las emisiones y promover la inversión ecológica. Este avance no es nada fácil, pero sinceramente tenemos que actuar como una familia, abordando colectivamente los desafíos para encontrar soluciones vinculantes, encaminadas a sustentarnos unos a otros, a través del cuidado, tanto de las personas como de la casa común. Lo importante, pues, es esa generosidad que genera savia y buenos hábitos.
 

El sustento tiene que ser vital para toda la humanidad, lo que avivará un talante de paz y no de conflictos. Pensemos en lo que gastamos en la fabricación de armas. Por otra parte, también el talento hemos de ponerlo igualmente al servicio de la creación y no del saqueo. Recapitulemos, más tarde, sobre la deforestación. Ojalá aprendamos a posicionarnos hacia unas finanzas que se pongan al servicio de la ciudadanía, y sobre todo de los más frágiles.

Posiciones de sustento y valentía

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