Mitchum y Eastwood (Homenaje a Pepe Criado)

Conocí a Pepe cuando me incorporé a los infantiles del Bertón, allá por 1965. Él era juvenil de ese mismo equipo y a veces coincidíamos en los entrenamientos, aunque tardamos unos años en jugar juntos. Fue durante la competición local de modestos, en mi última temporada de juveniles y también la última en el club de Caranza antes de fichrme el Arsenal, precisamente cuando Pepe me bautizó con el apodo de “Mitchum” (la única persona que así me denomina), supongo que utilizando la coincidencia de mi nombre con el del entonces gran actor americano, pero también, según me comentó, por mi gran facilidad para desplazar certera y velozmente la pelota, a modo y manera de cual pistolero desenfundando su revólver.


Recuerdo cómo Pepe me arengaba en los  preámbulos de los partidos: “Mitchum, ya sabes, méteme balones a mi banda”…y yo solía hacerle caso, por el lógico respeto de su veterano estatus y además porque Pepito (así lo llamabamos), que era un siete clásico, rápido y resolutivo, bien combinando con Fabeiro –un mago del regate– o centrando para que rematasen Paquiño Freire, Mendoza o cualquier otro compañero, solía sacar fruto de aquellos pases en profundidad.  


Unos años después, ambos fuimos testigos y participantes directos del nacimiento del fútbol sala en nuestra zona, él con el Estudiantes y yo con mi inolvidable Xalledín, jugando los primeros torneos de aquel llamado futbito (verano del 75), embrión de una modalidad deportiva en la que Ferroterra desde entonces, es referente nacional. Y, curiosamente una década después, llegamos a disfrutar juntos en un torneo social de fútbol sala en Club de Campo. 


Coincidimos durante largas temporadas en el mundo futbolístico ferrolano, él en su faceta de presidente de la Afafe o de la delegación local de la Gallega, donde consiguió grandes logros para el futbol comarcal, y yo como entrenador de niños en la pionera escuela de fútbol de Os Amigos y Rácing, entidad en la que llegué a dirigir a su hijo José María, al que también convoqué en  la selección gallega de juveniles de fútbol sala. 
Más tarde, Pepe Criado se incorporó  a la directiva del Rácing desarrollando hasta hoy la gran labor que todos conocemos. Desde entonces, seguimos manteniendo la misma y excelente relación de amistad, basada en el respeto y el gran aprecio mutuo, un aprecio que durante los últimos años se ha visto acrecentado, si cabe, gracias al ADN musical que, como buenos ferrolan@s, corre por la sangre de nuestras dos familias, especialmente aficionadas a la música cantada, lo que nos ha llevado a coincidir en conciertos de todo tipo, bien como protagonistas o de asiduos y entusiastas espectadores. 


Hablar de José María Criado Labajo es hablar de una persona generosa, noble, responsable, coherente y amable dispuesta a participar desinteresadamente en todo aquello que se le ha solicitado, cualidades que le han valido para conseguir importantes éxitos, entre los que destaca su sorda y eficaz gestión para que el Rácing sea hoy un club saneado, respetado y esté en las mejores manos. 


Decía Jorge Valdano que “el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes”, pero en referencia a José Criado, el hombre al que se le va a rendir merecidísimo homenaje, comentar que en su caso esa frase le haría justicia, sustituyéndola por la de que “el fútbol es lo más importante de las cosas más importantes”, porque Pepe dedicó  lo mejor de su vida al fútbol, y de manera incondicional al fútbol local.  Estamos hablando de un ferrolano enamorado y entregado a su tierra, admirado y querido por todos los que lo conocemos, un personaje necesario e imprescindible en la vida cotidiana y social de nuestro querido Ferrol, al que deseamos que a partir de ahora pueda disfrutar más y mejor de su seguramente más sosegada vida, acompañado de Mila, su vitalista y entrañable esposa, y de sus hijos. 


Para terminar, retomando el símil cinematográfico en el que Pepe se basó para denominarme a perpetuidad con el apodo de “Mitchum”, quisiera permitirme la licencia de devolverle el cumplido, rebautizándolo con el adecuado, a mi parecer, sobrenombre de “Pepe Eastwood”. Porque, si en el mundo del cine (al igual que Pepe en el fútbol ferrolano) alguien ha dejado una huella imperecedera y se ha hecho respetar por su extraordinaria trayectoria, ese , sin lugar a dudas es el gran Clint. 


Gracias, amigo Pepe, por tu excelsa labor, por tu amistad , pero sobre todo por ser como eres.
Concluyo con un deseo estrictamente personal… que Eastwood y Mitchum puedan seguir cabalgando y protagonizando juntos, muchos mas largometrajes. 

Mitchum y Eastwood (Homenaje a Pepe Criado)

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