Nuestro alcalde ha declarado que también será senador. Es una decisión mala para Ferrol pero comprensible, porque si una ciudad de nuestro tamaño exige una atención incompatible con otras dignidades y empleos, también debemos conocer y entender los motivos económicos que hay detrás de esta decisión, pues por los remilgos propios de la política ferrolana en temas retributivos, hace años que fijamos sueldos bajos a nuestros alcaldes. Que seamos una minoría los que nos hemos tomado la molestia de conocer esa cuantía, no impide afirmar a los demás que “es demasiado para lo que hacen”, convirtiendo una premisa desconocida en una opinión mayoritaria revestida más de moralina que de moralidad cívica, y que empuja a “solucionar” el problema por la puerta de atrás. Seguro que JM Rey Varela, un político tranquilo, con don de gentes y de derechas, encuentra entre los suyos la necesaria comprensión.