Mi ilustre ciudad

A lo largo de mi vida he tenido la inmensa suerte y la satisfacción de residir en varias ciudades y de poder viajar, tanto por nuestro pais como por el extranjero. Tengo reflejados, en mis cuadernos de notas, diversos recuerdos de mis viajes por Francia, Alemania, Suiza, Holanda y Portugal, que no es poco viajar. En todas las ciudades que visité me gustó apreciar su cultura, sus monumentos, su gastronomía, sus costumbres sociales, etc. Creo que en todas ellas aprendí algo y me sirvió para acrecentar mis vivencias esenciales.
 

Tras mi retiro definitivo, como funcionario militar, y cuando todavía residía en Madrid, había llegado el momento,de pensar en donde fijar mi residencia para pasar el resto de mi vida y poder seguir ejerciendo mi otra profesión, la de periodista y escritor. Lo  pensé y, casi inmediatamente, decidí que volvería a mis raíces gallegas y así lo hice. Primero residí, durante un año, en Vigo, una de las  ciudades de Galicia que apenas había conocido con anterioridad. De allí pasé a vivir, durante otro año, a Portugal, en un precioso pueblecito, sito a orillas del Miño, llamado Vila Nova de Cerveira, al que llaman, muy acertadamente, a “Vila das Artes”. Fue un año donde me impregné de la cultura lusitana, visitando, ademas, las mas importantes poblaciones del norte portugués. Fue como vivir una experiencia cultural extraordinaria e irrepetible.  Por circunstancias que no vienen al caso relatar, me vi precisado a regresar a España y, de nuevo, me surgió el dilema de donde fijar mi residencia. Por esa época, mi hija vivía en A Coruña y charlando con ella le comenté que tenía alguna duda entre volver a Ferrol o a Coruña. Sin dudarlo, mi hija resolvió el dilema:
 

Papá–me dijo-, no lo dudes. Vuelve a Ferrol. Ferrol es la ciudad donde naciste, donde tienes tus raíces. Allí está buena parte de tu familia, y tienes en ella buenos y antiguos amigos, que lo siguen siendo. Pero, además, el ambiente cultural, en el que a ti te gusta vivir, es de mejor calidad en Ferrol  que en Coruña. Y, por otra parte estamos a 60 Kilometros de distancia.
 

Pensé que aquello era verdad. A pesar de haber pasado los cuarenta primeros años de mi vida repartidos entre Coruña y Ferrol, lo cierto es que nunca me desentendi de las instituciones culturales, cívicas y sociales ferro lanas, y continué ligado, como socio, al Club de Prensa y la Sociedad Artística Ferrolana, entre otras. MI decisión fue inmediata.
 

Desde hace ya cinco años resido en Ferrol, en el barrio de la Magdalena, donde vi la luz por primera vez, hace ya muchos, muchos años. Tengo la satisfacción de seguir ejerciendo aquí, como periodista y escritor. Participo en la actividades musicales de la Filarmónica, así como en otras del Ateneo o del Club de Prensa, de las exposiciones pictóricas de la SAF, y disfruto de los excelentes museos con los que contamos, de esos bellos rincones y monumentos de nuestra ciudad, que solemos despreciar y olvidar.  Seguimos celebrando, anualmente, nuestras tradiciones mas ancestrales, como son las Pepitas o los fuegos de Amboage, e inventando nuevas actividades culturales, como son las Meninas de Canido, o redescubriendo e impulsando el Camino Ingles hacia Santiago, entre otras actividades culturales. Lo dicho. He acertado en mi decisión. Volví a una ciudad ilustrada y cultural. Ferrol “me fecit”, como dijo Torrente Ballester. Vivo en una ciudad ilustre. Y aquí seguiré.

Mi ilustre ciudad

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