Hábitos y consumo

Todas las costumbres del consumidor, están experimentando un profundo cambio, con motivo de la escalada que llevan los precios desde el inicio del año en curso. No se acuerda en tiempos, una subida tan pronunciada, como la que se está padeciendo en España. Es lo que, nos interesa, lo demás que suceda en otras latitudes, es consuelo de tontos.


Los hábitos del consumo están sufriendo un deterioro considerable en los bolsillos del ciudadano en general, siendo las más perjudicadas, aquellas rentas menos onerosas de la sociedad, las cuales son, también las más vulnerables en cualquier crisis que se produzca. Todo tiene un límite y el alza de los precios, debe ser tenido en cuenta por todos, administración, fabricante, expendedor, intermediario, consumidor, etc.


¿Cuánto puede pagar un consumidor por un producto? Sea cual este fuere, no es posible una subida tan vertical sin que los hábitos, se vean alterados. El consumidor, está dispuesto a pagar un precio límite hasta donde lleguen sus posibilidades, no irá más allá de lo que puede a su entender. Es un abuso, lo que acontece ahora mismo subir los precios por regla, con la excusa de la guerra entre Rusia, país invasor de Ucrania.


Con esta premisa, los precios se han disparado y están en subida libre en su conjunto, comenzando por los combustibles, que hacen encarecer las materias primas de los productos industriales y comerciales. La luz, con su carestía, influye en el costo de la cesta de la compra y el gas, se sitúa en niveles jamás vistos. Muchos productores, lo usan de herramienta ó coartada, para elevar el precio, achacando la culpa a otros factores externos.


Todo en su conjunto, actúa en contra de la sociedad de consumo, como rehén de las constantes subidas, sin que las autoridades económicas, pongan orden a este caos que nos azota y seguirá haciéndolo.


El consumidor suele retener aquellos precios que le son más familiares, de algunas determinadas marcas, por su uso, calidad y precio. Si esto último varía, también lo hará su hábito, buscando algo similar a mejor precio en otra marca que vea factible sustituir, dejando de adquirir la anterior.


Variar los hábitos en principio cuesta, una vez echo esto, el consumidor se adapta al nuevo diseño. Los carburantes de seguir el ritmo que llevan, harán parar el transporte y el parque de automóviles en general y el consumo se frenará con todas sus consecuencias, propiciando la caída del precio en origen y destino.


Las crisis son para aprender a efectuar dichos cambios, si antes, fue el Covid, ahora es la carestía de la vida, con una posible inflación a fin de año del 8% ó 9% No hay bolsillo que lo resista.


Lo cierto es que políticamente no hay quién se ponga al loro en solucionar o hallar un camino para evitar este desmadre de precios caóticos en nuestras vidas, los hábitos y consumo cambian forzosamente, ni salarios, ni pensiones, resisten esta envestida tan pronunciada.

Hábitos y consumo

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