Gallegos y empresarios marítimos

En estos dos últimos meses, con poco intervalo de tiempo, nos han dejado cuatro destacados empresarios gallegos del mundo marítimo, dos de ellos marinos: José Silveira Cañizares, Fernando Fernández Tapias, Gonzalo Antón Miranda y José Quintas Milán; los dos primeros de origen vigués y los otros dos ferrolanos. Que todos ellos descansen en paz. Por cuestiones profesionales, he tenido la fortuna y oportunidad de relacionarme y conocer personalmente a tres.


Años atrás, reunido con uno de ellos, me comentó sus orígenes: trabajando en Pescanova, como Jefe de Máquinas de la Marina Mercante, en unas vacaciones, habló con su esposa para decidir si compraban un descapotable Caravelle o pagaban la primera letra de un camión. Optaron por lo segundo y esta apuesta fue el origen de una empresa de transportes por carretera; Naviera Remolcanosa, Naviera Ría de Arosa, la portuguesa Tinita, Empresa Nacional Elcano, una vez privatizada, la brasileña Docenave, y el hospital Povisa, entre otros negocios…


También guardo recuerdos de mi etapa profesional en la naviera Nuvamar ―tiempos duros, con exceso de capacidad de carga y en consecuencia fletes a la baja―, y la coincidencia con otro de ellos en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Ferrol.


Es difícil de entender la postura de un Gobierno cuyos miembros ―generalmente con mínima o nula experiencia en la empresa privada, sin haber tenido nunca la responsabilidad de pagar nominas a final de mes― tratan de demonizar a la clase empresarial de un país con argumentos insostenibles, como ganar mucho dinero o cometer irregularidades o abusos laborales con los trabajadores.


Si esto último ocurre, el país debe de tener la adecuada legislación; además de un independiente y eficiente poder judicial para velar por su cumplimiento. Pero, en ningún caso, puede servir como argumento para juzgar y descalificar, sin más, el comportamiento de toda una clase empresarial.


Es difícil de entender la burocracia, impuestos y trabas administrativas que nos encontramos a la hora de crear empresas, sostenerlas y emprender actividades, siendo estas fundamentales para el desarrollo y avance de cualquier sociedad. La Administración debe de estar al servicio del ciudadano y no a la inversa. La empresa privada es clave en la investigación y el progreso de cualquier país.


Las personas mencionadas, con sus “luces y sombras”, como todo el mundo, han creado miles de puestos de trabajo y riqueza, ―jugándose, en ocasiones, su patrimonio―, haciendo posible que la sociedad prospere, gracias a su empeño y riegos asumidos.

Gallegos y empresarios marítimos

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