Cuando me comunicaron el fallecimiento de Fernando Bores ya tenía noticias de que no estaba bien de salud y yo presentía que se acercaba el final. No por esperada, la noticia de que la Parca había vencido sobre Fernando fue menos dolorosa.
Tras mi retorno a Ferrol, hace ya algunos años, recuerdo que mi reencuentro con él se produjo durante una comida en el Parador de Turismo, organizada por el Club de Prensa ferrolano, cuando lo presidía Siro López Lorenzo. Poco tiempo después, tras asumir la presidencia Julia Díaz Sixto, me incorporé a la directiva del mencionado Club, donde Fernando ejercía, con singular maestría, el manejo de las finanzas de dicha entidad cultural, desde su cargo de Tesorero. Pero, además, Fernando, compartía con sus compañeros muchos proyectos y actividades del Club.
Bores, un hombre de gran inteligencia y de vasta cultura, participaba activamente, propiciando la publicación de varias obras literarias y otras acerca del urbanismo ferrolano, ya que no podemos olvidar que él era un brillante arquitecto técnico, y fue uno de los impulsores de la rehabilitación de la “Casa de Patín”, actual sede de la Biblioteca de la Universidad, en Esteiro.
Durante los Cursos de Verano “Gurméndez”, organizados por el Club de Prensa en el campus universitario de Ferrol, allí estaba Fernando, ocupándose, entre otras cosas, de la logística. Por otra parte, además de su pertenencia al Club de Prensa, Bores era directivo de la Sociedad Filarmónica Ferrolana y organizaba y programaba aquellos maravillosos conciertos, tanto en el Auditorio como en el Teatro Jofre.
Tras cesar en la directiva de ambas entidades culturales de la ciudad, Fernando se trasladó a vivir a Luxemburgo, aunque mantenía el contacto con sus amigos, a través de las redes sociales, enviándonos unas crónicas acerca de su estancia en aquel país europeo. Por esa época, su salud ya estaba bastante quebrantada y, hace relativamente poco, regresó a Ferrol tras su agravamiento. Finalmente, una septicemia nos lo arrebató.
Ferrol pierde así a uno de sus referentes culturales. No está de más recordar la gran actividad de Fernando Bores en nuestra ciudad, en pro de la cultura. Fue promotor del Premio de Poesía “Esquío” y de la colección de obras poéticas del mismo nombre. Fue amigo de muchos de los grandes poetas de nuestro país o de Hispanoamérica, como José Hierro, Julia Uceda o López Valcárcel, y otros muchos. Como bien dice el escritor y periodista Ramón Lourerio, Bores era poseedor de “una mente enciclopédica al servicio de la Cultura”. Fernando fue, asimismo, editor y poseedor de una biblioteca incomparable.
Nunca podré olvidar aquellas amenas conversaciones que mantuve con él, tomándonos un café o sobre mesa y mantel, que mostraban su inteligencia, su cultura y su generosidad. Recuerdo, además, el especial empeño que tuvo en publicar un libro llamado “Repinaldos dulces”, sobre la intrahistoria de la familia ferrolana de Carlos Sánchez Leiva, que, sin su impulso, posiblemente no su hubiese publicado. Fernando, como digo, era muy generoso y apoyaba iniciativas ajenas, siempre a favor de la cultura ferrolana, tanto en sus aspectos literarios, musicales o urbanísticos.
Fernando Bores, te echaremos de menos, amigo.