Felipe entra en campaña

La propuesta de Felipe González: dejar gobernar a la lista más votada como fórmula para evitar depender de Vox en el caso del PP o tener que reeditar el “gobierno Frankenstein” si fuera el PSOE el más votado, introduce un elemento de reflexión en puertas del arranque de la campaña electoral.
 

El ex presidente defiende esta fórmula para –son sus palabras– “evitar que la polarización política debilite al país que pierde fuerza y credibilidad tanto interna como internacionalmente”. El escenario en el que nos encontramos actualmente. La propuesta va más lejos y se haría acompañar por un compromiso: no pedir nada a cambio en la idea de que a quien se le permitiera gobernar a partir de esta fórmula vendría obligado a acordar cada uno de sus proyectos y ,por encima de todos, el principal: el Presupuesto.
 

La propuesta es interesante y, de hecho, coincide con la que en su día lanzó Alberto Núñez Feijóo, pero ya entonces fue rechazada por un Pedro Sánchez que se sabe por detrás en todas las encuestas pero acaricia la idea de reeditar el polinomio “Frankenstein” con ERC, Bildu, Junts, el BNG y la CUP y llegado el caso, también el PNV, aunque en esta ocasión los dirigentes nacionalistas vascos podrían caerse de la ecuación.
 

En 2016, el entonces candidato Pedro Sánchez era partidario de dejar gobernar a la lista más votada, después, en 2019, cambió. A Felipe González le preocupa el exceso de tensión que caracteriza el momento por el que atraviesa la vida política española y, pensando en el futuro, extiende esa preocupación hacia su partido, el PSOE. Habla de “renovar nuestra caja de herramientas, pero no nuestra historia porque eso significaría abandonar nuestra identidad”. Sin mencionarlos mira hacia nuestros vecinos: en Italia hace años que desapareció el Partido Socialista, en Francia, el Partido Socialista hegemónico durante años, en la actualidad se mueve en la irrelevancia. Decadencia parecida a la del PASOK en Grecia. Citándole señala al Partido Socialista portugués -que gobierna en el país vecino- y que para conmemorar su medio siglo de vida ha elegido como lema: “Futuro con historia”.
 

Felipe no ha mencionado en ningún momento a Pedro Sánchez pero todo el mundo ha entendido que su mensaje tenía destinatario. Es poco probable que se dé por aludido. De hacerlo será para rechazar la propuesta de Felipe porque acepatarla sería tanto como reconocer el error fundacional de la legislatura que acaba: el pacto del PSOE con los populistas de la extrema izquierda.

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