Mucho me sorprendió que Alberto Núñez Feijóo concediera el pasado domingo una entrevista a El País; era arriesgado porque no sería fácil mantenerse en el alambre de nadar y guardar la ropa, y de hecho se cayó varias veces. Nuestro hombre relativizó el impacto de la pandemia y de la guerra en la economía, y no explicó cómo encajar las rebajas fiscales con el control de una Deuda Pública aún manejable ni con el mantenimiento de las ayudas y servicios públicos. Escapó como pudo cuando le preguntaron si congelaría las pensiones o las subiría con el IPC, y consideró que algunas de las recientes leyes forman parte de un proyecto de ingeniería social para ideologizar a los españoles a favor de un estado totalitario. Sobre Vox e Isabel Díaz Ayuso dijo que ni sí ni no, sino todo lo contrario, y defendió alargar la vida de las centrales nucleares, aunque esto podría tener sentido al no emitir CO2.