Cuarto siglo de labor pastoral

Los agentes de Cáritas Diocesana de Santiago, que son el engranaje fundamental de la entidad, van a rendir un homenaje al arzobispo de Santiago, Julián Barrio, en el transcurso de la Asamblea General que celebran este fin de semana en Compostela. Se trata de un reconocimiento de gratitud al prelado que lleva más de cuarto de siglo presidiendo la institución.
 

Han sido años de un gran servicio pastoral. Dejó aparcada en la memoria su época de docente para ser el pastor de la Iglesia Compostelana. Un servicio pastoral que fue desempeñando de manera efectiva y con la cercanía que le caracteriza. En estos años supo encajar perfectamente su labor pastoral enraizada con la peregrinación y el culto jacobeo. 
 

Bajo su presidencia Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela desarrolló un intenso trabajo potenciando numerosas iniciativas y actuaciones pensando siempre en las personas más necesitadas. Una labor diaria que llevan a cabo los agentes que con sus aportaciones técnicas y de voluntariado hacen posible que los numerosos programas, enmarcados en los distintos centros, vayan cubriendo etapas muy importantes de atención permanente a los últimos de la sociedad. Desde su incorporación como presidente de Cáritas, monseñor Barrio apostó por crear un sentimiento de Iglesia en Conjunto y sentido Diocesano. 
 

Los que lo han tratado más profundamente y en cercanía, consideran que monseñor Barrio ha mostrado siempre desde el principio que llegó a   Santiago un estilo nuevo y entrelazado de ser obispo y pastor. A lo largo de estos más de 28 años contando con su presencia en la diócesis de Compostela, el prelado ha sabido dejar ente nosotros bondad y ternura de las que ha surgido un inmenso cariño al pastor cercano y amigo. En su misión como obispo, como prelado, se registra un acercamiento de profunda intimidad con las personas. Es siempre el pastor que sientes muy cercano y a la vez amigo.  En los primeros momentos cuando llegó  a Compostela los que lo conocieron lo calificaron como un sacerdote sencillo, culto, reservado y prudente, y rodeado de con una cierta timidez que le hacía, quizás, más entrañable y cercano. Con un corazón siempre abierto a la ternura y autenticidad.

Cuarto siglo de labor pastoral

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