“Colours” de Miguel Piñeiro, en Moretart

La galería Moretart  ofrece, por sexta vez, una muestra de Miguel Piñeiro   (Vilagarcía de Arousa, 1976), artista licenciado en Bellas Artes por la Facultad de Pontevedra y que goza ya de un gran prestigio internacional. Su actual exposición “COLOURS”  supone una síntesis de su trayectoria en la que el universo de la fábula ( como sus interpretaciones, en 2010, de la Alicia de Lewis Carroll, dedicadas a una niña afectada de autismo) y los iconos del pop y de los mass media han estado presentes. Ahora se sirve de determinados objetos de consumo, como un envase de Cacaolat, una camiseta de atletismo, un bolso de marca, unos tenis, una cafetera metálica, un balón de Nivea o un coche Méhari, entre otros, como pretexto para destacar al verdadero protagonista, que es el color en toda su intensidad y pureza vibratoria y que se manifiesta especialmente en  la superficie plana del  fondo, que actúa, así, como un campo cromático afín al del objeto representado o viceversa.


Podría decirse que une, de una manera muy personal, su imaginario pop con la teoría del color puro y la búsqueda de la simplicidad de proporciones que había propuesto el neoplasticismo de Mondrian. Curiosamente, se produce también una interacción del color, tal como la había planteado Josef Albers, pues los  elementos figurativos que proporcionan la inspiración para el  cromatismo del fondo portan dibujos, signos y colores que actúan como contrastes o como complementarios, dando lugar así  a una cierta polifonía.  Las letras negras y las líneas blancas de BULLS 23, que lleva la camiseta de la obra “Rojo carmín” destacan con nitidez, y lo mismo ocurre con  “Naranja Mehari”; la etiqueta amarilla de la gorra de “Los Ángeles LAKERS” crea un vibrante punto  complementario en el campo morado de “Púrpura oscuro”;  y lo mismo sucede con el triángulo rojo que configura la boca abierta  del peluche en “Verde Gustavo”  Otro aspecto a destacar es el modo de representación de los objetos que  aparecen agrandados y reproducidos a la manera hiperrealista, pero rompiendo con las leyes de la perspectiva, pues no se funden con el fondo.


En cuanto al género pictórico, estas obras  podrían clasificarse  dentro de una muy sui generis forma del bodegón, pero como pretexto. En realidad, toda la trayectoria plástica de Miguel Piñeiro parece estar motivada por el anhelo de desvelar el juego de las ilusiones de la mirada y de las proyecciones que sobre nuestra mente ejerce la información que nos rodea, en especial los objetos de consumo, ya sean de lujo, como el bolso de “Black 2.55” o ya más humildes y vulgares, como el pastelillo de “ Rosa pantera”. De un modo irónico refleja la banalidad que nos rodea sustituyendo los grandes temas clásicos por los ídolos vulgares que nos impone un mundo trivializado, pero lo hace para demostrar que se puede hacer buena pintura, independientemente del motivo inspirador o, en otras palabras, que en el arte de la pintura lo que cuenta es ante todo el manejo de la técnica y, desde luego el dominio dominio del color.

 

“Colours” de Miguel Piñeiro, en Moretart

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