Catalanofobia

Insultar a los catalanes da votos, porque por uno que pierdes en Cataluña ganas cuatro en el resto de España, aunque luego haya graves consecuencias. La actual catalanofobia nace de la chulesca oposición al estatuto autonómico de 2006, que incluyó campañas de boicot a sus productos, y todo  porque se hablaba de la “nación catalana” en un prólogo que carecía de fuerza normativa. Conviene recordar este episodio para entender la reacción del procés, que ciertamente fue un descomunal despropósito. Salvando las distancias veo cierto parecido con la relación entre cristianos y judíos durante la Edad Media, porque aquellos no querían renunciar a su religión y se les envidiaba por su mayor riqueza, mientras que estos no quieren renunciar a su idioma, y como también son más ricos les endosamos puntualmente nuestras facturas, una dura realidad que duele reconocer porque ofende a nuestra hidalguía.

Catalanofobia

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