Castro de Esmelle, un tesoro a nuestro alcance

El viernes 4 se cubrían como corresponde los vestigios hallados en la primera excavación de un pequeño espacio histórico del castro de Esmelle, ese que lleva el redundante nombre de Tralocastro, que durante una semana fue objeto de una intervención que también creo que puedo calificar de histórica sin equivocarme por parte de un equipo de arqueólogos liderado por Samuel Nión -investigador de la Universidad de Santiago- y un grupo de estudiantes en prácticas. Estos trabajos, que se desarrollaron entre el 24 de julio -cuando se llevaron a cabo los preparativos en la zona, completamente invadida de maleza- y concluyeron con el tapado del yacimiento, forman parte de la Cátedra de Arqueología y Educación Patrimonial que suscribieron el Concello de Ferrol con la Universidad de A Coruña en septiembre de 2022.


Como todo lo que se tramita en el Ayuntamiento local, este proyecto costó un mundo sacarlo adelante -comenzamos a hablar del tema en 2020 y hasta dos años más tarde no lo pudimos llevar a un pleno donde la Cátedra salió gracias a los votos favorables del PSOE y FeC-, y desarrollarlo. Por ello, poder ver, aunque ya no sea como responsable del área que impulsó su creación, a esos arqueólogos y estudiantes trabajar sobre los hallazgos con ese interés, y ver las fotos con decenas de personas de todas las edades y de todos los puntos de Ferrol y comarca visitando el espacio, me genera un orgullo y una satisfacción difícilmente explicables.


Es evidente que nuestra historia, nuestro pasado y, por tanto, la recuperación de nuestro patrimonio, importa. Y lo que ha ocurrido en Esmelle estos días es una buena muestra de ello. Mucho se ha hablado, y debe seguir siendo así, de etapas fundamentales para Ferrol, como ese siglo XVIII de la Ilustración, pero la historia cambia, y nunca mejor dicho, cuando se trata de nuestros orígenes. Claro que se ha investigado y trabajado en diferentes restos arqueológicos -incluso en el propio castro de Esmelle-, pero lo que esta Cátedra pretende innovador y, sobre todo, más ambicioso y fundamental de cara a la recuperación de nuestro patrimonio y la interpretación de nuestra historia más antigua.


Por ello, más allá de los hallazgos, que han sido numerosos y de incuestionable interés, me quedo con lo que supone esta iniciativa para nuestra ciudad, para seguir avanzando en el conocimiento de su cultura, de su pasado y de su evolución hasta nuestros días. Y qué mejor que hacerlo con el Concello como promotor y con la Universidad, a través de ese campus ferrolano que no solo es referente en el ámbito industrial, sino que también, como acaba de demostrar ahora, lo es en el ámbito de las humanidades.


No quiero finalizar sin agradecer y destacar el trabajo del reputado arqueólogo y profesor en la Facultad de Humanidades Juan Luis Montero Fenollós, verdadero artífice de que la Cátedra de Arqueología sea una realidad y, hasta el momento, haya dado auténticos pasos de gigante, como la exposición en diciembre de 2022 sobre nuestros orígenes, la organización de diversas charlas de interés, la creación de un arqueódromo en el Torrente -pendiente de inaugurar- como verdadera escuela de arqueología para escolares, o la referida Escuela de Arqueología. 


Esperemos que el Concello esté a la altura y otorgue a este proyecto la importancia que merece y que muchos ciudadanos ya han podido comprobar y ratificar en este tiempo.

Castro de Esmelle, un tesoro a nuestro alcance

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