Barçagate, empate técnico

Vituco Leirachá fue el periodista deportivo que mejor conocía los entresijos del proceloso mundo del futbol y nunca sabremos qué pensaría de los “servicios especiales” que Enriquez Negreira prestó al Barcelona C. F. sobre los árbitros siendo vicepresidente de su Comité Técnico. Presiento que para él no sería sorpresa alguna porque en su época conoció mucho compadreo entre los clubes y el arbitraje, aunque no de forma tan burda.  


El Barçagate que cada día ofrece nuevos capítulos, los cuentan muy bien los colegas de deportes. Por eso, solo quiero resaltar en este comentario tres “detalles” que aparecieron en los últimos días, que no son menores.


El primero es la recomendación de Negreira al Barça en vísperas de un clásico: los jugadores que se tiraren al suelo. Contaba Vituco que un equipo en apuros en la clasificación tenía un partido difícil y un enviado especial “tocó” al árbitro designado para que les tratara con cariño. En el descanso, con el marcador inicial, el mismo “enviado especial” fue a ver al trencilla que, en su descargo, le dijo “¡al menos que  algún jugador se tire en el área…!”  Elemental. Dicho y hecho, aquel partido acabó con victoria del equipo local.


El segundo detalle son los regalos de Negreira a los árbitros. Jamones, marisco, comidas, entradas, tostadoras…Los Clubes, decía Vituco, siempre tuvieron un trato cariñoso hacia los árbitros, aunque en aquella época no iban más allá de una buena cena o de un obsequio simbólico que solían dejarles en la habitación del hotel, sin llegar a los relojes de oro que menciona Caneda, el ex presidente del Compostela.  


Lo último publicado trasciende lo doméstico porque el Barça, investigado por la Fiscalía anticorrupción, tiene un problema en Europa por los pagos oscuros a Negreira y la UEFA abre su investigación para saber si se violó su marco legal.


Claro que para el Parlamento Europeo (PE), la FIFA y la UEFA son dos organismos corruptos. En noviembre, el PE denunciaba la corrupción “sistémica y profundamente arraigada” en la FIFA y aseguraba que la elección de Qatar para el mundial estuvo protagonizada por “sobornos, corrupción y enormes intereses económicos”. El grado de corrupción es tal que hace un mes el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Noël Le Graët, dimitió acusado de abuso sexual y el presidente de la FIFA le colocó a las pocas horas como ejecutivo de ese organismo.  


Conclusión: si la FIFA corrupta investiga la presunta corrupción del Barça, el resultado será un empate técnico porque, decía Di Stéfano, “entre bomberos no se pisan la manguera”. Lo más probable es que castiguen al Barça con una multa en francos suizos, muy del agrado de estos organismos, por actuación tan chapucera. 

Barçagate, empate técnico

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