“Peligro de derrumbe” no es el último título del periodista madrileño Pedro Simón. De hecho, es un libro ya viejo, si por viejo entendemos –son los tiempos que corren– algo que ya tiene una década de vida. Ahora, la editorial Espasa vuelve a publicarlo con algunos cambios introducidos por su autor, cambios que refuerzan el carácter de un texto que en su momento pasó más desapercibido de lo que debiera, quizás porque el lector, tras varios años de crisis, era más proclive a otro tipo de historias que no recordasen la dureza de aquellos años que siguieron a la explosión de la burbuja inmobiliaria.
Visto desde la perspectiva de hoy, “Peligro de derrumbe” es un trabajazo. Aunque es una novela, en sus nueve protagonistas (personas de diferentes procedencias, clase y condición que buscan desesperadamente un empleo para no acabar de hundirse) y el responsable de Recursos Humanos de la empresa que ofrece el puesto de trabajo puede el lector –el que necesita trabajar para vivir, es decir, la mayoría social– reconocerse, identificarse y empatizar.
Podría ser, por lo tanto, una especie de diario compartido de una generación, pero lo que es, sobre todo, es la muestra del talento de un periodista que se maneja a la perfección en el terreno de la ficción. Es, de hecho, la base periodística –de un profesional serio y consciente; con predilección por la temática social– la que le da la solidez y la credibilidad a la novela, porque, aunque parezca una contradicción, la novela tiene que ser también creíble, como lo son las historias que contiene este “Peligro de derrumbe” que tanto nos ha hecho reflexionar.