La Basílica de San Marcos de Venecia será reparada de los daños causados por el agua salada en sus muros tras las frecuentes inundaciones en las últimas décadas, de las que la ciudad de los canales se ha protegido con un sistema de diques.

La Procuraduría de Venecia, organismo encargado del mantenimiento del templo, ha obtenido una financiación de 3,3 millones de euros (unos 3,6 millones de dólares al cambio actual) de un programa del Ministerio de Cultura y ha licitado las obras, asignándoselas a la constructora "RTI Venezia", según los medios.

La compañía ha estimado que estas obras empezarán en breve y durarán un máximo de dos años y cuatro meses.

Durante años Venecia, Patrimonio de la Humanidad, sufrió numerosas inundaciones por la entrada del agua del mar Adriático, las llamadas "aguas altas", y la Plaza de San Marcos fue de hecho la zona más perjudicada por ser el punto más bajo de la Ciudad de los Canales.

Especialmente dañina fue la inundación de 12 de noviembre de 2019, cuando la marea aumentó el nivel del mar en 187 centímetros, la más alta desde 1966, llenando de agua la histórica basílica.

Ahora, la restauración atajará la corrosión causada por los cristales de sal que quedaron impregnados en los muros y en los antiquísimos mosaicos del templo.

En esta primera obra se acometerá la restauración del nártex (la entrada) y de la Capilla del Santísimo Sacramento, pero las labores en todo el edificio durarán una década y costarán unos 100 millones de euros con otras restauraciones que se licitarán en un futuro.

Venecia se ha protegido en los últimos tiempos de las "aguas altas" y la basílica ya ha sido "fortificada" por un muro de metacrilato para evitar que el agua pueda volver en un futuro.

Además se ha instalado un sistema de diques móviles en las tres entradas desde el mar a la laguna veneciana que se activan en caso de previsión de mareas altas.