11º-16º
lunes | 6 mayo | 2024
Un centenar de afectados por participaciones preferentes y deuda subordinada se concentraron ayer ante la Escuela Naval Militar de Marín para tratar de llamar la atención de los príncipes de Asturias sobre su problema, con motivo de su visita para la jura de bandera y entrega de reales despachos.
La presencia de los afectados, pertenecientes a la plataforma de Vigo y la comarca del Val Miñor, fue la novedad del acto castrense, junto a la presencia de representantes de la Casa Real, después de que el año pasado no la hubiera por primera vez.
La llegada de los príncipes fue puntual y según el horario establecido, y a las once y media entraron en la explanada del muelle de la escuela, donde esperaban los oficiales recién licenciados y los futuros, ante cuatro atriles atestados de familiares venidos de toda España y un nutrido palco de autoridades.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y varios de sus conselleiros; el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez; el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles; el presidente de la Audiencia de Pontevedra, Francisco Javier Menéndez; y los alcaldes de Marín y Pontevedra fueron algunas de las autoridades que acudieron y saludaron la llegada de los príncipes de Asturias.
Los afectados por las preferentes se encontraban a más de cien metros de donde se celebraba el acto –en la Alameda de Marín–, lo que no impidió que sus bocinazos se escuchasen con bastante nitidez durante la hora larga que duró la ceremonia, ahogados únicamente cuando la propia banda de la Escuela Naval intervenía.
Uno de los portavoces de los afectados, José Manuel Estévez, destacó la elevada presencia policial y los “seis furgones” de policía estacionados en la zona en la que les permitieron ubicarse, pero agradeció el buen trato de los agentes.
sin incidentes
En el interior, el acto se celebró sin incidentes y los desfiles de los jóvenes oficiales se sucedieron con la precisión marcial esperada, desde el saludo entre el capitán de corbeta y de navío al tradicional “homenaje a los que dieron su vida por España”.
En la oración de acción de gracias, el arzobispo castrense recomendó a los presentes “amar a España y servirla con dedicación y admirable esfuerzo”.
El director de la Escuela Naval Militar de Marín, el comandante Juan Luis Sobrino, fue el último en hacer uso de la palabra para saludar a los príncipes y recordar que la Escuela se está adaptando a la transición del plan Bolonia.
Un proceso que describió con la siguiente metáfora náutica: “Sabemos, porque la mar nos lo enseña, que las escotas de las velas del barco deben ser lascadas y cazadas de manera coordinada, porque si no aunque se tenga la caña metida, la proa no pasaría el viento, y entonces se perdería la virada”.
Después aconsejó a los oficiales licenciados –86 alumnos recibieron los reales despachos y 72 juraron bandera– que tengan una mentalidad “ágil, abierta y flexible” para adaptarse a los cambios en la sociedad.
