6º-14º
lunes | 29 abril | 2024
Llevaban un año esperando y temían, hasta el último momento, que la lluvia les arrebatase la procesión junto a sus titulares, Cristo Rey y la Virgen de la Amargura, la única que se celebra en el Lunes Santo de Ferrol. La Cofradía de Dolores anunciaba minutos antes de las 21.00 horas, cuando estaba previsto el inicio del cortejo del corralón, que recortarían el itinerario previsto ante la amenaza de que el agua hiciese acto de presencia dos horas más tarde de la salida. Habían ampliado para este año el recorrido, añadiendo una manzana de Real hasta la calle Arce y el descenso por ésta a la Magdalena.
Sin embargo, discurrió por Méndez Núñez, Real, Sánchez Barcáiztegui, Magdalena, Tierra y Real hasta su retirada en el lugar de salida, los puntos habituales de la ‘Carrera Oficial’ ferrolana, bajo un leve orballo. La imagen de Cristo Rey, cedida por el colegio del mismo nombre, ha procesionado a hombros de la dotación de San Juan Evangelista, siendo el primero de los pasos en salir a la calle, acompañado del más de centenar de capuchones de su tercio, creado en 2014. Como es tradicional, ya de retirada, a la altura del cruce con Coruña, el trono saludó a las hermanas y se recogió escuchando el himno en las voces de los escolares.
Minutos antes de las 22.00, la Virgen de la Amargura, el primer palio de nuestra Semana Santa —quedan otros dos el Jueves y el Viernes Santo— pisó las losas de Méndez Núñez portada por la dotación de la Santa Mujer Verónica, que cumple una década junto a la imagen. Se trata de una talla que el imaginero sevillano Fernando Murciano realizó en 2009 y que, después de estrenar el año pasado el nuevo manto bordado que le regalaron sus cofrades, este 2024 ha estrenado su toca de sobremanto con la confección rematada.
Numeroso público se agolpó de nuevo en la araucaria de Amboage para no perderse la salida y la retirada, pero también a lo largo de todo el recorrido a pesar de tener que abrirse los paraguas en más de una ocasión, sobre todo en la recogida de la virgen, cuando empezó un intenso chubasco. Además, al inicio de su recorrido, a la altura del Hotel Suizo una devota le dedicó ‘La Saeta’ desde uno de los balcones.
