El negocio de la comida casera

El negocio de la comida casera
Oliva bar e levar (Ferrol Vello)

La comida para llevar permitió a muchos negocios de la comarca subsistir durante los tiempos más difíciles de la pandemia, cuando las restricciones obligaban a reducir aforo, e incluso cerrar las instalaciones. Muchos negocios ofrecían sus platos y menús en el local y el porcentaje de comida para llevar que ofrecían era mínimo. Hoy la situación ha cambiado, y la tendencia y hábitos también, y muchos clientes siguen demandando la opción de degustar esos platos en casa, por eso hay bares, restaurantes y cafeterías que incluyen el take-away en su día a día. En grandes capitales como Madrid o Barcelona este tipo de alternativa gastronómica abunda, y en cada barrio hay una opción de comida casera, también porque los ritmos de vida en estas ciudades son diferentes a los de aquí, las distancias más largas y los tiempos más apretados. Sin embargo, si algo nos ha dejado la pandemia es el hecho de conocer las bondades de recurrir a un local con comida casera para degustar en el hogar. 
 

Diferentes alternativas

Marina Fernández, de Ferrol, trabaja en Esteiro y cuando ve que sale algo más tarde de lo esperado suele parar en Casa Sedes, que abrió en marzo de 2021, “siempre encuentro algo que se adapta a los gustos de la familia, y todos disfrutamos de esos platos cocinados a fuego lento y con cariño”, explica. En este caso es la falta de tiempo la que empuja a hacer uso de este servicio, pero en otras ocasiones es la ausencia de ganas de ponerse ante los fogones para poder degustar comida rica y saludable.
 

El interés por la comida casera está en auge, y también el poder disfrutar de la misma cuando está bien elaborada. La referida Casa Sedes cuenta  ya con dos despachos de comida casera, en los barrios de Esteiro y Canido, donde abrió el pasado mes de junio en la Plaza de Canido, lo que permite hacerse una idea de que este tipo de negocio está funcionando bien. Especialmente famosas son sus lasañas, el caldo gallego o los callos que no faltan en fin de semana. Además, desde el pasado mes venden también churros de Bonilla. Asimismo, el negocio ofrece la posibilidad de encargar menú semanal por 45, 50, 56 o 60 euros. 

También tienen gran acogida los bocadillos de pan de Joane.
 

Un ejemplo de ampliación ha sido el de Zahara, en el Callao, que ya funcionaba como casa de comidas pero que ha abierto también como servicio de take away hace algún tiempo.
 

Asimismo, en los últimos días abría sus puertas en la calle Doctor Fleming, frente a los juzgados, “A fuego lento”, otro negocio con comida casera para llevar que abre de lunes a sábado, –de lunes a jueves lo hace desde las 11 a las 15.30 y el viernes y sábado también por las tardes, ofrece sus menús de 20 a 22 horas–.
Jessica Maceiras, es la propietaria de este negocio, en el que se embarcó “porque después de 15 años trabajando en la Armada me destinaron forzosa a la base naval de Rota, en Cádiz, y como estoy sola con mis hijas, decidí que tenía que desvincularme de ese mundo, pese a ser un puesto fijo, porque me resultaba imposible disfrutar de una mínima conciliación familiar, fue un paso difícil, que me costó muchas lágrimas pero decidí que hay más vida más allá de la Armada y como había hecho trabajos de cocina y me gustaba mucho, opté por montar este negocio, explica. Cada día ofrece una amplia variedad de platos, todos caseros, que ella misma cocina desde primera hora de la mañana y, por ahora, sin ningún tipo de ayuda. Varía los menús a diario, para que su clientela pueda ir probando de todo un poco. Merluza en salsa verde, lirios a la romana, lomo a la crema de champiñones, salpicón de marisco, ensaladas (mixta, de aguacate o pasta), una importante selección de pan, empanadas variadas o empanadillas,  café para llevar o sus postres caseros como la exquisita tarta de la abuela, son solo algunas de las propuestas de estos primeros días. Asimismo, “A fuego lento” ofrece la posibilidad de hacer pedido a domicilio a través de la plataforma lookeats.es, un soporte muy socorrido en este tipo de establecimientos.
 

Nacimiento en pandemia 

Otro negocio de la urbe naval que trabaja muy bien el “take away” es “Oliva bar e levar”. Queca Aguilar, su propietaria, apostó por la comida para llevar “porque no nos quedó otra”, como asegura. Y es que el inicio de la pandemia llegó cuando estaban haciendo obras en el local, justo antes de iniciar actividad. “En las condiciones que nos tocó abrir en julio de 2020 no quedó otra que apostar por la comida para llevar, algo que funcionó entonces y también ahora”, explica. La responsable de este negocio sostiene que lo que regenta es “un auténtica casa de comidas, con comida casera”, porque, como sostiene, “era lo que se demandaba cuando abrimos, y el negocio se fue haciendo a sí mismo, un tanto alejado de nuestra idea original, pero qué importa si la clientela está satisfecha y yo también”, asevera. 
 

Sara, una de las clientas habituales del local, asegura que si algo le pierde de “Oliva bar e levar” es “la crema de verduras, que es riquísima, también me encantan los lirios y huele de muerte el secreto, así que pronto lo probaré también”, asegura. Además, sostiene que los postres “son un auténtico escándalo”. Y es que en este pequeño negocio cercano al puerto se trabaja a diario con producto de mercado de la  mejor calidad, asímismo, como explica Queca, “al haber nacido en pandemia, la forma de comunicarnos con nuestra clientela sigue siendo la misma de entonces y, por ello, las redes sociales son tan importantes en nuestro día a día y a través de ellas informamos de todo lo que ofrecemos, incluidos nuestros exquisitos postres”, informa.
 

Por eso, aunque uno puede quedarse a comer en su pequeño y pintoresco local, donde también se sirven exquisitos desayunos, la comida para llevar es una parte destacada de su negocio, donde la rica comida casera y el producto de mercado van de la mano en sus propuestas gastronómicas. Asimismo, recientemente abrió también su terraza, que permite ampliar su servicio en el barrio de Ferrol Vello, frente a la Iglesia del Socorro.

El negocio de la comida casera

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