El pasado miércoles, día 4, Mario Becerra, vecino del barrio de Caranza, presentó en el Rexistro municipal más de 53.000 firmas para solicitar al Concello la adaptación de su edificio a personas con movilidad reducida. Este ferrolano, modelo e ‘influencer’ volcado en visibilizar la falta de accesibilidad en Ferrolterra, se hizo viran el 2023 gracias a un vídeo en el que mostraba sus dificultades para acceder a su domicilio, en un segundo piso sin ascensor. Pese al impacto de su contenido, dos años más tarde sigue enfrentándose a la misma situación, lo que le llevó, con la ayuda de su vecina, Cecilia Rodríguez –que se encuentra en una coyuntura similar–, a realizar una campaña de Change.org para pedir al Consistorio una solución para él y el resto de residentes de su edificio.
¿En qué situación se encuentra?
Tengo espina bífida, una condición de nacimiento. Tengo 31 años y vivo en un edificio sin adaptación y bueno, estoy peleando para ver si el ayuntamiento me puede facilitar una adaptación para, por lo menos, dejar de subir y bajar a gatas. No me parece digno y como yo, a día de hoy, hay muchísimas personas que viven en la comarca y en España.
Recientemente realizó una entrega de 53.000 firmas y posteriormente se reunió con el alcalde de Ferrol ¿Fue un encuentro satisfactorio?
Sí, yo diría que sí. A ver, aparentemente no hay soluciones. Ellos lo que dicen es que se encargan solamente de las dos escaleras que hay en la zona de la calle, pero que a partir de puertas para dentro ya quien se tiene que encargar es la comunidad. Hay hacer una junta y si el vecino y la comunidad están de acuerdo, bien, y si no, pues tendremos que ir a juicio. Por lo de pronto tendré que venir aquí al Concello con mi vecino, que es el presidente de la Comunidad y que también está en una situación parecida a la mía, y la concejala de Urbanismo nos ayudará a redactar un informe para mandar a la Xunta y a ver qué se puede hacer.
Puesto que es un asunto privado ¿Qué se puede hacer ahora? ¿Cómo podría la comunidad afrontar este gasto?
Pues lo primero es haciendo una junta de vecinos y a votación hacer una derrama para que cada uno pague la parte correspondiente, tanto los del bajo como los del primero y nosotros, los del segundo. En cuanto a optar a ayudas, realmente no hay ninguna ahora. Tengo entendido por el alcalde que están haciendo una convocatoria en el barrio de medio millón de euros destinada a la accesibilidad de las aceras y otros elementos que no son accesibles a día de hoy en la zona. Y, a ver, tanto se puede encargar de mi portal como como, no sé, pero espero que sí y deseo que todo salga adelante.
Respecto a las actuaciones que se plantearon precisamente para este proyecto ¿cree que son suficientes?
Bueno, yo diría que se podría hacer un poquito más, porque veo que se habla mucho de inclusión, de accesibilidad, pero al final creo que cada uno mira para sí mismo. Los afectados somos, en cierto modo, personas vulnerables, sobre todo económicamente, porque no todos tenemos el poder adquisitivo como para irnos de donde vivimos, por ejemplo. Creo que las administraciones públicas o quienes se dedican a hacer este tipo de gestiones creo se deberían preocupar un poquito más de nosotros.
El nuevo PMUS hace énfasis en la accesibilidad ¿Diría que Ferrol es una ciudad realmente accesible o aún hay mucho camino que recorrer?
Aún hay mucho que hacer. Se están haciendo obras, se están haciendo accesibles zonas que antes no lo eran, calles, establecimientos... Pero bueno, yo soy una persona que baja la calle prácticamente todos los días y se fija mucho, sobre todo ahora que empecé a hacer denuncia de estas situaciones, en todo lo que falta, y la verdad es que falta bastante. Se habla mucho de inclusión, de accesibilidad, pero no hay tanta y queda mucho por hacer.
Es modelo, ‘instagramer’ e incluso tiene su propia marca de ropa. ¿Qué es lo siguiente?
Pues mi sueño es hacer cosas como modelar, por ejemplo, en desfiles inclusivos, que estuve en dos; uno con la ASCM, en Esteiro, y el otro también con la ASCM y con la participación de Wedding Pack Solidario de Pontedeume. Me llamó Paula, la presidenta, y yo encantado de participar, porque además es algo que no se suele ver. Y yo creo que, a nosotros, a los que nos gusta modelar y tal, creo que tenemos que tener una oportunidad. Lejos de ser súper mega hiper perfectos, como se ve en las televisiones, lejos de ese canon de belleza que nos impone la sociedad. Tanto da si un modelo va en silla de ruedas, si es ciego o si le falta una pierna.
Con el apoyo de las firmas podría decirse que ha visto la faceta más solidaria de Internet, pero ¿se ha tenido que enfrentar a ese lado más hostil, especialmente contra todo aquello que no sea lo normativo?
Bueno, siempre hay de todo. Y dentro del mundillo de la discapacidad, incluso también tenemos nuestros propios ‘haters’ entre nosotros. Muchas veces no hay apoyo entre nosotros. La gente piensa que, porque tengamos discapacidad, nos apoyamos entre nosotros, pero no siempre es así. Hay gente que sí, que se vuelca con la causa, que te apoya, que te da palabras de cariño. Pero después hay lo contrario, no sé si por celos, por envidia, por frustración de que ellos, a lo mejor, no llegan a nada mientras el resto estamos intentando llegar a algo. Es como que vuelcan sus frustraciones en uno. Y da pena, la verdad, da pena porque al final yo solamente estoy visibilizando una situación que tenemos muchísima gente, tanto personas con discapacidad como personas mayores, porque de ellas tampoco se habla. Incluso gente que vive encerrada en sus casas, a lo mejor por una mísera adaptación que puede ser simplemente un bordillo. Y por eso viven encerrados y se pasan la vida así.