Jubilarse en la iglesia, un lujo al alcance de solo unos pocos sacerdotes

Jubilarse en la iglesia, un lujo al alcance de solo unos pocos sacerdotes
En la foto, la sede de la Diócesis Mondoñedo-Ferrol y, a la derecha en pequeño, el nombramiento del obispo García Cadiñanos en septiembre de 2021 | archivo

La Iglesia hace frente a tiempos de carencia. La Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, que comprende el norte de las provincias de Lugo y A Coruña, cuenta en este momento con 422 parroquias a las que atender, labor en la que se implican a diario unos 100 sacerdotes, como explica Antonio Rodríguez Basanta, delegado diocesano del clero. De estos curas, apunta, seis son extradiocesanos (son de fuera y están en la diócesis temporalmente) y con cargo pastoral (es decir, atienden parroquias). Tres de ellos son religiosos (misioneros claretianos), dos procedentes de Colombia y uno de Asturias.


“En la actualidad en la zona de Ferrol somos 14 sacerdotes, con cargo pastoral; y en Narón-Neda unos 7”, explica Rodríguez Basanta. Asegura que “casi todos tenemos varias misas los domingos, entre tres y cinco”. Además, añade que “cuando es en el centro urbano apenas hay que desplazarse” y entonces oficiar misa en varias iglesias no es tan complicado, aunque asegura que “el problema está sobre todo en las zonas rurales. Hay que contar con un vehículo y organizar los días y los horarios de culto para poder realizar un servicio digno a los feligreses”, explica Antonio Rodríguez.

Cabe destacar que la media de edad del clero de la Diócesis Mondoñedo-Ferrol es bastante elevada. “La mayoría de los sacerdotes, por su edad, estarían jubilados, pero dada la necesidad que hay y contando con una salud al menos aceptable, siguen ejerciendo de párrocos”.


Con respecto a los diáconos, explica Rodríguez Basanta que “a día de hoy no contamos con diáconos permanentes en la Diócesis de Mondoñedo Ferrol, pero sí con algunos seglares capacitados para hacer celebraciones de la Palabra cuando no es posible celebrar la misa”, apunta.


Labor sacerdotal

El delegado diocesano de Clero explica que la labor del sacerdote no es solo celebrar misas, funerales, bautizos o bodas, entre otras. “Está también la catequesis, para niños y padres, la preparación de los novios, las familias, los enfermos, Cáritas, etc.”, sostienen.

Antonio Rodríguez explica que en la Diócesis “hay un `directorio de Iniciación cristiana´, actualmente vigente, que determina que la catequesis no es solo para la primera comunión o la confirmación, sino para iniciar en la fe a través de un proceso que generalmente abarca la infancia y la adolescencia”. Y, concretamente, “indica que como preparación para la primera comunión son tres cursos de catequesis parroquial”, explica.


El delegado del Clero sostiene además que “es evidente que estamos atravesando desde hace décadas por una crisis de vocaciones al ministerio sacerdotal. Como también se da una crisis en el compromiso matrimonial, tal como lo entiende la Iglesia. En el fondo, entre otros factores, está la crisis de fe en una sociedad utilitarista y pragmática que no anima a asumir compromisos de por vida por parte de nuestros jóvenes. Ya no estamos en la época de la `cristiandad´ con una sociedad mayoritariamente cristiana, aunque todavía existen vestigios”, asevera el delegado del Clero.


Rodríguez Basanta entiende que “hoy como Iglesia estamos convocados a la `Misión´, es decir: ante una sociedad `neopagana´, no cristiana, o no creyente en sus valores, planteamientos y pautas de vida –aunque sí hay muchas personas buenas, serviciales y nobles–, y nos urge una nueva evangelización, es decir, como al comienzo, hace veinte siglos: una iglesia de pequeñas comunidades que a modo de fermento en la masa vayamos extendiendo la forma de vivir y entender la vida según el evangelio de Jesucristo, como una `buena noticia´”. Y añade, “para eso estamos todos convocados, aunque seamos pocos, y no solamente los sacerdotes, que también lo somos, también los religiosos y, sobre todo, los laicos, que son la mayoría”, concluye.

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